• Desafío al corazón. Capítulo {43}

16:26

-¿Qué haces aquí solita? – pregunto él en su oído. Ella no giró.
-Nada. Me había entrado frío.

Justin asintió y dejó caer su cabeza en el hombro de ella. ___ también dejo caer la suya de nuevo sobre sus brazos. Y pasaron así unos largos segundos. ___ notaba como bombeaba el corazón de Justin sobre su espalda desnuda. Y eso le gustaba. Mucho. Latía rápido y sentía también su respiración en su oído. Y luego sintió como él levantaba su cabeza y volvía a posar sus labios muy cerca de su oído.

-¿Sabes algo? – dijo empleando de nuevo aquella voz sensual.
-¿Qué?
-La primera vez que te vi en clases. No pude evitar fijarme en tu cuello.

Justin elevó su mano izquierda del agua y comenzó a acariciar el cuello de ___ con las yemas de sus dedos.

-Y me llamaron la atención estos dos lunares. – él elevó una ceja y lamió sus labios. - ¿Y sabes otra cosa?
-¿El qué?
-Quiero comerte el cuello ya mismo.

La giró lentamente y besó el cuello de ella. Pasando su lengua por allí, mordiéndola. ___ se quejó, lo alejó y le susurró un ‘Gatito, tranquilo, hay gente.’ Justin mordió su labio inferior. Pura tentación para ____. Lo odiaba cuando hacía eso, él era consciente de lo que provocaba en ella cuando mordía sus labios o cuando simplemente cuando pasaba la lengua por ellos para mojarlos. Por puro instinto. Estaban allí, uno frente al otro, a un centímetro de sus bocas. Y hace calor, mucho calor. Y las cosas se mueven muy rápido, tanto que no da tiempo a pensar. Le mira con esa carilla de pillo y no puede más. Lo besa. Intenso. Rápido.

-En serio, tienes unos labios que dan unas ganas locas de morderlos y que sangren dentro de la mía hasta que los dos perdamos los sentidos. – dijo ___ sobre los labios de Justin en un intento de captura de oxigeno.
-Eso me acaba de poner mucho. – susurró esta vez él sobre los de ella logrando que ____ casi carcajeara en su boca.

Y la besó de nuevo. Y otra. Y otra. Y otra vez. Y ahora otro beso. Distinto. Un beso de esos que te erizan hasta el corazón, que electrocutan, que maravillan, que encantan, que haces que no puedas parar de besar a la otra persona. Que se recuerde, que sea mágico, especial, como tú, como yo. Un beso con sabor a menta, a pasta de dientes, o a fresa, o a chicle de limón, a piña con alcohol, o a mandarinas, o quizás a calipo de fresa. Con ligeros calambres. Electricidad, su lengua. Mi lengua. Más rápido. Juegos. Escondite. Más besos. Más caricias. Calor. Mucho más calor.

-Nena, las chicas buenas no se fijan en los chicos malos como yo. Porque cuando se fijan, se contagian. – susurró. – Somos una mala influencia.
-¿Sí? – susurró esta vez ella. – Pues contágiame. Quiero ser una chica mala.
-De eso nada. Tú me pones más. Eres buena… y malvada a la vez. – dijo él acariciando la espalda de ella mientras volvía a darle un beso de esos que te dejan sin aliento. Topándose sin querer con el cordón de su bikini. Enredó sus manos allí, a propósito. ___ curvó su espalda y eso provocó que sus cuerpos se juntaran más, haciendo que Justin soltara un leve gruñido en la boca de ella.
-Ni te atrevas. – susurró ella con la respiración entrecortada.
-¿Y qué pasa si me atrevo?
-Te mataré.
-Hmmmm... – mordió su labio. Y __ no sabía cómo encajar aquella expresión. – Me apetece jugármela. – Siguió jugando con el pequeño cordón. Ella elevó una ceja.
-Muy bien. Atrévete. Pero no creo que quieras que te vuelva a recordar mi nombre.

Justin elevó una ceja. Sí, le molaba demasiado. Era tierna, buena. Mala y sensual. Sabía jugar sus cartas. Con esa pizca de picardía y ese chorrito de malicia. Recordó cuando ‘Le recordó su nombre’ en su habitación. Aquella maldita cachetada le había dolido demasiado.

-Ese día te pasaste. – susurró él abandonando lentamente el cordón.
-No me pasé. Sólo fui justa contigo.
-Me abofeteaste.
-Y tú me insultaste. – ella elevó una ceja. Él curvó sus labios.
-Llevabas un pijama de vaquitas.
-Y tú el ego por las nubes. - ___ carcajeó. – Eres un estúpido. – susurró juntando su nariz con la de él. Justin cerró los ojos.
-Creo que te voy a devorar. – le informó él en un aviso de peligro mientras sonreía.
-Si, por favor. – pidió ella. – pero muy despacio.

Más besos. Más magia.

-Oye, - dijo ella separándole levemente, con la mano en su torso. – me voy a salir ya. ¿Vamos?
-Sí. – asintió él dando un último fugaz beso en sus labios.

Salieron de piscina, se enrollaron en sus toallas y se sentaron en las hamacas. Ryan y Chaz fueron a por algo de comer al comedor, y volvieron con una bandeja con bocadillos y refrescos. Comieron, tomaron y rieron. Al grupo se unió Mar, que se sentó al lado de Ryan. Chris y Pau, estaban muy bien juntos. Y Logan y Anahí compartían miradas y sonrisas fugaces. Y por otra parte estaban Ash y Chaz, que se llevaban como el perro y el gato. Pero no os dejéis llevar por ese tipo de cuentos. Pues ya conocéis nuestra historia.

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-Nuevo día. • 8:30 de la mañana. Lunes. 
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Ring.
Ring.
Ring.
Ring.

El insoportable timbre anunciaba un nuevo día de clases. ___ se tapó con la almohada intentando silenciar aquella alarma totalmente jaquecosa. Giró sobre sí misma y subió la manta. Manta que poco tardaría en volver a bajar.

-Venga dormilona, a prepararse.

Ash como siempre, la mamá del grupo. No se explicaba como lo hacía, pero admiraba su fuerza de voluntad. Con los ojos aún pegados se levantó y estiró. Se desmayó tres veces seguidas y subió los peldaños lenta hasta llegar al baño. Se aseó y se preparó y luego bajó las escaleras para ponerse el uniforme. Hoy tocaba falda, blusa, corbata y botas. Odiaba aquel estúpido uniforme. Con paciencia se lo colocó. Ya solo le faltaban las botas.

-¿Os falta mucho? – preguntó Pau.
-Yo solo tengo que ponerme esta. – dijo ___ refiriéndose a la bota derecha.
-Yo estoy lista. – dijo Ash.
-Yo ya bajo. – dijo Any en el baño.
-Listo. – dijo ___ y Anahí bajó las escaleras.

___ guardó su teléfono móvil en su bota izquierda y cogió la pequeña llave para abrir su taquilla. Al llegar abajo, las chicas fueron a su clase y ___, a la suya. Abrió la taquilla y miró el horario. Suspiró y cogió los libros. Miró la casilla de al lado. Justin no había llegado aún. Se dirigió a su clase y entró. Avanzó el pasillo, ignorando los comentarios de las estúpidas. Se acercó a su mesa y saludó a Logan. Ryan y Chaz también estaban, por lo que también los saludó.

-¿Y Justin?
-Ya viene, se estaba duchando.
-¿Duchando? ¿Ahora? – frunció el ceño.
-Sí. Es que por las mañanas se levanta…- Ryan le dio un codazo a Chaz. ___ elevó una ceja.
-Tiene la costumbre de bañarse por las mañanas. – inventó Ryan.
-Sois extremadamente extraños. – carcajeó ___. – Luego hablamos chicos.

Y volvió a su asiento. El profesor entró y Justin no vino. O eso pensaba.

-¿Se puede? – preguntó una voz masculina que ella conoció enseguida. Er…¡Un momento! ‘¿Se puede?’ El profesor asombrado lo miró y asintió.
-Adelante Drew Bieber.

Justin asintió y caminó por el pasillo de cabezas. Jasmine intentaba llamar su atención al igual que Janelle y sus amiguitas. ___ aprieta su mandíbula al ver como aquellas arpías miran a Justin. Él mira a ____. Ella lo mira a él. Sonríen. Ella está al borde del colapso. Ya lo ha visto muchas veces en uniforme, pero hoy lo ves más hermoso que nunca. La clase comienza. Ella juega con el vip azul sobre la mesa, luego se lo lleva a la boca, lo muerde, lo deja caer. Escribe en su cuaderno. Justin intenta no distraerse y poner atención a la clase. Se ha dado cuenta de que realmente sus calificaciones están por debajo del límite. Lo intenta, pero no puede. Vuelve a dirigir su mirada hasta ella. ___ mira distraída la clase. El sol cae de lleno sobre los pupitres y la clase se hace interminable. ___ siente algo vibrar en su bota. Mueve la pierna y sin querer le da un leve golpe a Logan, que como el primer día se sienta a su lado. Él, la mira y frunce el ceño.

-Lo siento. – susurra y se le escapa una ligera sonrisa. Él ríe y vuelve la vista hacia la pizarra.

___ batalla contra su bota. No sabe en qué maldito momento escogió esta como método de escondite. Finalmente, logra sacar su Blackberry. Tiene mensajes en su ‘WhatsApp’. Observa al profesor. Esconde el móvil sobre el pupitre y deja caer su pelo a un lado para pasar de desapercibida. Pica sobre el botón. Es Justin.

• ‘Hoy estás más linda que nunca’.
• ‘Buenos días feo, ¿Por qué tardaste tanto? *carita sorprendida*’
• ‘Tuve unos problemas con un amigo.’
• ‘¿Qué amigo? ¿Por qué?’
• ‘Un amigo mío. Seguro que algún día lo conoces.*cerdito descojonándose*’
• ‘¿De qué te ríes? *cerdito con una ceja elevada*
• ‘Nada gatita, ya lo entenderás algún día’.
• ‘Explícamelo.’

-Señorita Maslow. – la llamó una voz grave. Ella tragó saliva y elevó su vista. - ¿Se encuentra bien?
-Sí. – asintió ella intentando parecer creíble. – Solo me duele un poco la tripa.
-¿Quiere ir al baño?
-No, no. Gracias. – simuló una falsa sonrisa.

El profesor asintió y siguió dando la clase. Ella se giró y miró a Justin. Él se elevó de hombros y rió. Se volvió hacia adelante.

-• ‘Casi me pillan estúpido.’
-• ‘Eso te pasa por hablar por teléfono móvil durante clases. ¿Nunca te dijeron que eso no se puede hacer?’
-• ‘*cerdito enseñando el dedo del medio*
-• ‘Que mal educada eres.’
-• ‘¿Ah sí?’
-• ‘Sí, quizás te tenga que enseñar modales’.
-• ‘¿Qué me vas a enseñar? ¿Me vas a poner a escribir en mi cuaderno mil veces ‘No debo utilizar el teléfono móvil durante las clases porque está prohibido’?
-• ‘Quizás te enseñe a hacer otra cosa mil veces.’
-• ‘Eres un guarro.’
-• ‘Yo no te he dicho nada.’
-• ‘No soy gilipollas.’
-• ‘*Cara riendo*
-• ‘Tus labios hoy están más rojos que nunca.’
-• ‘¿Y qué?
-• ‘Quiero besarlos.’
-• ‘Idiota. Después hablamos, no quiero que me pillen. *corazón*’
-• ‘Noooooooooooooooooo. *cerdito triste*’
-• ‘¿Qué pasa?
-• ‘No me abandones.’
-• ‘Tengo que hacer el ejercicio.’
-• ‘No lo hagas.’
-• ‘Si lo hago. Y tú también lo vas a hacer.’
-• ‘No, yo no voy a hacerlo.’
-• ‘Pues como no lo hagas, te quedarás sin besos hasta que te dignes a darte cuenta de lo importante que es esto.’

Y dejó caer el teléfono sobre su falda. Sonrió victoriosa pues sabía que eso se lo tomaría en serio. Finalmente, ¿Sabéis quien salió a la pizarra? Sí. Él. Resolvió el ejercicio. Y el profesor le apuntó su nota en su pequeña agenda grisácea. Nadie entendía que estaba pasando con Justin. Excepto ellos dos.

El resto de las clases transcurrieron un poco más rápidas, más participativas y animadas. Sobre todo la de biología. Que tuvieron que analizar un trozo de carne podrida y Justin se reía de ___ todo el tiempo, pues ella se moría del asco. Jasmine, Janelle y las demás plásticas, no hicieron el ejercicio. Obviamente. ¿Estáis locos? Como iban a hacerlo. Se romperían sus preciadas manos en esa carne horrorosa. Pero ganarían su merecido cero.

-Para el miércoles que viene haréis la pagina 243 a la pagina 245.

___ abre su agenda y marca los deberes para el miércoles. Y entonces, la sirena anuncia el final de las clases. Todos recogen rápidamente y desaparecen por la puerta. Ella mira hacia atrás y Justin ya no está. Frunce el ceño. ‘¿Por qué no me esperó?’ Se pregunta. Coge sus cosas y sale de la clase. Ya no hay nadie en los pasillos. En silencio, con el leve sonar del tacón de sus botas camina hacia las taquillas. Pero de repente unas manos se posan en sus ojos, siente el perfume de él y su aliento cayendo de lleno a un lado de su cuello. Al principio abre los ojos con asombro, pero su cuerpo reacciona en seguida. La gira y la toma de la cintura, acercándola más a él casi sin dejarla reaccionar de nuevo, ya la besa con fuerza. Ella lanza un pequeño gruñido y abre su boca, introduciendo su suave lengua dentro de la de Justin. Después de unos minutos, __ se aleja lentamente y casi sin separar sus bocas Justin susurra algo.

-Te he echado de menos. – dijo mirándola a los ojos. Luego volvió a mirar sus labios y volvió a robarle un beso. – Pero solo un poco, que no se te suba a la cabeza.
-Yo también te he echado mucho de menos. – contestó esta vez ella adueñándose de los labios de él, colocándose de puntillas, pasando su suave mano por el cuello de Justin profundizando un beso de esos que te dejan sin aliento. - Pero que no se te acelere el corazón.

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1 comentarios

  1. Jopé publica mas que ya llevo esperando un monton de tiempo,me encantan tus novelas.

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