• Desafío al corazón. Capítulo {41}

15:35

-¡El suspiro! – dijo Anahí. - ¡Acaba de dar el suspiro!
-¿Qué suspiro? – dijo Ash. ___ rió de nuevo.
-¡¡El suspiro!! – volvió a decir Anahí. - ¡Cuéntanoslo todo! ¡YA!
Y se los contó. Todo. Con lujos y detalles.
-Que fuerte. – dijo Pau con la mano en la boca mientras Ash susurraba cosas como ‘No me lo puedo creer’.
-Pero…-susurró Any. - ¡Que fuerte! ¿Tú y Justin? ¡Novios!
-¡Shhh! Dijo ___ carcajeando mientras aguantaba su dedo índice en sus labios.
-¿Pero como cambió todo de repente? – preguntó Ash boquiabierta.
-No lo sé Ash. – dijo ___ con una sonrisa a medias. – Me gusta.
-Pero ___, tu sabes cómo es Justin. – añadió Anahí en un tono amargo.
___ se quedó un instante pensando. Quizás se estaba precipitando un poco con todo esto. Pero ella sentía que estaba haciendo lo correcto. Miró a Anahí de nuevo y agitó su cabeza.
-Lo sé Any, pero conmigo es diferente.
-¿Cómo estás segura de eso?
-No lo sé, algo aquí dentro. – llevó la mano a su corazón. – Algo ahí me dice que confíe en él.
-¿Y si se equivoca?
-Pues si se equivoca haré lo de siempre. Levantarme y sacudirme el polvo. Es lo que llevo haciendo estos últimos años. Any, las oportunidades hay que aprovecharlas. Y yo me siento bien cuando estoy con él.
-Yo no quiero que te estampes a 300 kilómetros por hora contra el muro de cemento ___.
-Pero, ¿Y si no lo intento? Quizás puedo romper ese puto muro de cemento. Quizás puedo ser feliz ya de una vez en mi vida.
-Tienes razón amiga, arriésgate.
-Quizás sea algo egoísta, posesiva e incluso muy cabezota. Quizás me esté equivocando, me esté precipitando hacia el vacío. Quizás haga mal. ¿Pero quién me puede asegurar que no hago bien?
-Si, tienes razón.
-Lo siento, pero me queda mucha gente que conocer, muchos lugares que visitar, muchas sonrisas que coleccionar, muchas cosas que hacer, muchos abrazos que ofrecer y muchos besos por dar. ¿No lo entiendes verdad? Yo tampoco lo entiendo muy bien. Pero si no arriesgo, no gano.
Un pequeño silencio abundó la habitación. Las cuatro pensando en lo que acababa de decir. Ellas asintieron, dándole la razón a ___ y luego ella decidió no hablar más del tema y guiarse por sus propios instintos.
-Bueno, cuéntenme. – dijo ___ centrándose en ellas. - ¿Qué tal las compras?
-¡Genial! – Any se levantó y se acercó a su maleta. - ¡Mira lo que nos compramos!
-¡A ver! – exclamó ___. Anahí trajo las bolsas y dejó caer la ropa en la cama.
-¡Ah! – exclamó. Este me encanta. – dijo ___ cogiendo un vestido. – ¡Es precioso!
-¡Sí! Era el último. – dijo Ash.
-Es un poco corto. – dijo ___ mirando a Anahí divertida.
-A Logan le gustaba ese…- dijo Any sonrojada.
-¡Logan eh! – exclamó __ riendo.
-Chicas, ¿Por qué no vamos a la piscina? – preguntó Pau bajando la escalera. __ elevó los hombros y Any y Ash se pusieron en pie.
-Bueno, vale. - ___ bajó de la cama y a paso lento se acercó al armario, rebuscó entre sus cosas y sacó un bikini.
-¿Os gusta? – preguntó ___ mostrándoselo a las chicas. Ellas giraron.
-¿Bromeas? – preguntó Any. - ¡Está precioso!
-¿Tú quieres matar a Justin de un infarto verdad? – preguntó esta vez Pau aguantando la risa. __ carcajeó.
-No, no quiero.
-Si quieres. Quieres impresionarle. – dijo esta vez Ash.
-¡Que no! – dijo ella esta vez un tanto sonrojada mientras reía.
-Pues nena, lo vas a matar. – añadió Anahí.
|| Narra Justin ||
-¿Qué tienes ahí? – le preguntó Logan divertido mientras Justin se cambiaba. Justin llevó la mano a su cuello.
-Nada.
-Si, si…claro. – carcajeó Logan quitándose los zapatos. Justin rió. - ¿Jasmine?
-No, no tuvo esa suerte.
-¿Janelle?
-No, ella tampoco tuvo esa suerte.
-Hmm…entonces fue un chico.
-Sí. Me he vuelto gay. Voy a casarme con uno. – añadió Justin intentando parecer serio.
-Me parece genial. ¿Quién es el afortunado?
-Pues Ryan. – dijo Justin pasándole la mano por encima a Ryan que le observaba con el ceño fruncido mientras fumaba un cigarrillo. – al final he preferido a un hombre, así al menos podemos intercambiar la ropa y ahorrar algo.
-Claro, como no se me había ocurrido…- dijo Logan. Justin miró a Ryan y este besó su mejilla. Acto seguido, Justin se echó hacia atrás y le apuntó con el dedo.
-Mi amor, aún no me has dado mi primer beso. – dijo Ryan estallando en carcajadas.
-Imbécil. – dijo Justin carcajeando volviendo a su cama.
-No cambies de tema. ¿Quién te lo hizo? – dijo esta vez Ryan fundiendo la colilla en el cenicero de metal.
-¿Ésta revista es nueva? – preguntó Justin ojeando una nueva revista de coches.
-‘’Man’’ suéltalo.
-Me lo hizo ___.
-¿Quién? – Ryan abrió mucho los ojos. Logan lo miró confuso.
-___. - repitió con una sonrisa en los labios, quitándose la blusa.
-¿Me estás jodiendo?
-No. – afirmó Justin. – Me lo hizo ___. Es mi novia.
-¿Qué? ¿Tu? ¿Novia? – Ryan abrió mucho los ojos. – ¡Logan, lo perdimos!
-¿Te encuentras bien? – le preguntó esta vez Logan. - ¿No llevas mucho sin follar?
-Si, más de dos meses.
-¿¡Dos meses!? – Ryan abrió mucho la boca. – Lo perdimos, definitivamente, lo perdimos.
-Sois unos idiotas, ¿Por qué no puedo tener novia? – dijo esta vez el defendiéndose mientras carcajeaba.
-Joder Justin. Es una novia. – espetó Ryan en un tono sarcástico. – No más tías. La misma siempre. La misma piel, el mismo cuerpo. La misma siempre. Además donde quedó aquello de ‘Nunca querré a nadie, nunca me enamoraré. Eso no tiene sentido, es para estúpidos’
-Yo no he dicho que esté enamorado. Simplemente, me gusta.
-Como para no gustarte…-susurró de repente Chaz, que bajaba del baño. Justin lo miró y elevó una ceja. Chaz tiro la toalla con la que se secaba el pelo y lo miró. - ¿Qué? ¿Dije algo malo? Está buena.
-Cuidado. – Justin le señaló con el dedo.
-Muy buena. – intervino Ryan.
-Sí, está muy buena. Pero cuidado con lo que dicen. – dijo Justin.
-¿Te pones celosito Bieber? – carcajeó Chaz con rin tintín. Justin bufó y sacudió su cabello.
-Justin. – le llamó Logan. Éste le miró y asintió. - ¿Qué sientes cuando estás con ___?
Él, lo miro un instante, perdido. ¿Qué sentía cuando estaba con ___? Sentía algo que nunca antes había sentido ni esperaba sentir. Le asustaba, pero realmente le gustaba. Sí, resulta raro e incluso complicado entender lo que le pasa. Cuando está con ella, siente la conexión. Está a gusto a su lado. No le importaría pasar un día entero comiendo palomitas y viendo una película con ella en el viejo sillón de su casa de Canadá. Ir a casa de sus abuelos y hacer un picnic en el viejo pasto cerca de la casa de campo. Ir a pescar. Un día entero en la playa. Un simple día con ella en cualquier parte. Antes todo era diferente. Las chicas entraban y salían de su vida, rápido. Literalmente. Unas horas y adiós. Y justo cuando se iban a ir, ¿Cómo te llamas? No le importaban. Era eso, pura diversión. Pero entonces te detienes, te das cuenta que algo está cambiando. Siempre he oído aquello de ‘’Los polos opuestos se atraen’’ y nunca, nunca lo he creído. Ahora creo que debería comenzar a replantearme mis creencias. Y entonces, te encuentras con esa pregunta. ‘¿Qué sientes cuando estás con ___?’ y se vuelve a preguntar la respuesta. Y aunque la sabe porque su corazón se la está gritando, decide guardarla un tiempo más en aquel rincón.
-No lo sé tío. Apareció, y de repente ¡Chas! algo se activó dentro de mí.
-Lo perdimos.
Logan le observó unos segundos, congelado y luego respondió.
-Que ni se te ocurra hacerle daño. Ella es una gran chica.
-Siempre me han dicho que cuando se te presentan oportunidades hay que cogerlas cuanto antes y no dejarlas escapar.
-¡Pero Justin! ¡Qué te pasa! – dijo Ryan con voz de chica. Él carcajeó con fuerza al igual que los demás, cogió el cojín azul que estaba sobre su cama y se lo lanzó a Ryan con fuerza. Luego se puso en pie.
-Que calor, joder.
-¿Vamos un rato a la piscina? – dijo Logan.
-Yo no voy, acabo de ducharme, vayan ustedes. – dijo Chaz.
-Eres un aburrido tío. – dijo Justin.
-Y tú te estás volviendo marica.
-Mi novia es la tía que más buena está de la universidad. – dijo Justin. Hasta la misma palabra ‘novia’ saliendo de su boca sonaba extraña. Los chicos le miraron confusos y luego estallaron en carcajadas. – A ver si los maricas vais a ser vosotros.
-Oye, ¿Y todavía nada? – preguntó de nuevo Ryan con una sonrisa pícara.
-¿Nada de qué?
-Pues…de eso.
-No te entiendo.
-Tío, estás perdiendo tus cualidades de Casa-nova. – le dijo Chaz riendo. Justin frunció el ceño. – Que si no te la has podido… ¿No la has tocado?
-No.
-¿Nada?
-No.
-Pues lo vas a tener difícil hermano. – Ryan golpeó tres veces la espalda de Justin. – Creo que ___ no es de las fáciles.
-No, no lo es.
-¿No la has visto ni siquiera un poquito? – volvió a decir Ryan.
-Joder, la he visto. Con toalla.
-Oh, ten cuidado.
-Bueno, es un gran paso. – se defendió. – También la he tenido mojada entre mis brazos con un pequeño traje que se le trasparentaba.
-Mojada y en tus brazos. Joder, dejen el tema que yo también hace tiempo que no mojo. – dijo Ryan esta vez carcajeando sacando la frase de contexto. Contagiándolos de nuevo.
-Bueno, ¿Entonces vamos a la piscina? – preguntó Justin. Logan y Ryan exclamaron un fuerte ‘¡Sí!’
|| Narra Justin ||
Bajamos las escaleras rápidos y nos ubicamos en el campus de la universidad. La gente estaba comenzando a llegar después de los dos días de ‘vacaciones’ si es que se les pueden llamar así. Entre risas nos acercamos a la piscina. Vi a Anahí, Ashley y Paula acostadas en sus hamacas embadurnadas de aceite. Mi sangré bajó convulsionada hasta mi miembro al ver a una castaña de cabello largo salir de la piscina. Tragué saliva y fui en busca de más. Acababa de ver por primera vez el cuerpo de __, relativamente. Y Joder. Logan carraspeó a mi lado ganándose mi mirada para luego ahogar una pequeña risa. Chaz y Ryan ya se encontraban en el agua. Coloqué mis pensamientos como pude y me acerqué hasta ellas. ___ se giró y me vio. Repasó con su vista mi cuerpo y luego clavó su mirada en mis ojos.
Caminé lentamente hasta ella que ahora escurría su pelo hacia un lado, dejando caer mil gotas al suelo. De nuevo la saliva me sabía a poca y mis pensamientos viajaban de nuevo hacia el lugar prohibido. Ella caminó por en medio de las hamacas llegando hasta mí con una sonrisa enorme. Instintivamente abrí mis brazos y ella se enredó en mi cuello poniéndose de puntillas, saludándome con un beso que me dejó sin aliento. Oficialmente, era la primera vez que nos dejábamos ver en público. Mi manó recorrió su hombro desnudo hasta quedarse en su espalda, sujetándola. Y con un último beso rechinante abandonó mis labios.
-Buenos días Bieber. – dijo con unos ojos brillantes acompañados de una sonrisa picarona. Una sonrisa que aceleró mi corazón de mientras lamía sus labios y yo la imitaba guardando el sabor de los suyos. Acompañando una sonrisa picarona que hacía que mí corazón se acelerara en menos de dos segundos.
-Sin todos los buenos días fueran como este, no me importaría que se fueran tan rápido. – dije con la respiración algo entrecortada-
Ella soltó una pequeña risa para darme un fugaz beso en los labios y alejarse. Cogió mi mano. Instintivamente la seguí. Y sin querer volví a fijarme en sus curvas. Agité mi cabello y miré a la piscina. Esto era malo. Esto era muy malo. Me sentía dominado. Totalmente. Tendió mi toalla en unas hamacas que se encontraban 2 metros más lejos que la de las chicas y trasladó la suya a una cerca de la mía. Anahí abrió los ojos y me miró. La miré.
-Hola Justin. – dijo con una sonrisa.
-Hola Any. – dije yo. Ella me sonrió y volvió a cerrar los ojos, centrándose en el sol.
Me volví a fijar en ___ que ya se encontraba bronceándose también con los ojos cerrados. Me quité las zapatillas y me acosté en mi hamaca. Él sol quemaba mucho, me giré y la observé. Sin duda mi novia era la chica más bonita. Se giró.
-¿Qué?
-Nada. – se me escapó una estúpida risa. Ella negó y volvió a cerrar los ojos, tomando sol.
Después de unos diez minutos, no aguantaba más. Me levanté y me lancé al agua con los chicos. Hubo un fallo por mi parte, ya que casi perdemos a Chaz. En plena broma, lo dejé demasiado tiempo bajo del agua, pero todo quedó en un susto. Sacudí mi pelo y miré hacia atrás. Gran sorpresa cuando me encontré con Ryan y Mar carcajeando bastante cerca.
-Está loco por ella. – me dijo Logan.
-Sí, se le nota. – dije yo. Lo miré y golpeé su hombro. – Y a ti también.
-¿A mí? – dijo él frunciendo el ceño. Desvié mi mirada hasta Anahí y la siguió. Me volvió a mirar y soltó una pequeña risa.
-¿Te gusta verdad? – pregunté.
-Sí. – dijo rascándose la nuca. Yo carcajeé.
-¿Te has lanzado?
-Sí, dos veses he estado a punto de besarla pero nunca me atrevo de dar el último paso.
-¿Por qué?
-Yo que se tío, a veces uno se vuelve lento y nervioso. – dijo serio. Yo estallé en carcajadas.
-Ponle valor.
Dije esto y me sumergí en el agua hasta llegar a las escaleras. Escurriendo en agua me acerqué hasta ___ y prácticamente me coloqué sobre ella. Se exaltó demasiado, se asustó.
-¡Qué haces! – gritó. - ¡Estás congelado tonto, bájate!
-No, dame un beso.
-¡Justin!
-Que me des un beso.
Rápidamente me dio un beso en la mejilla y se alejó intentando sacarme de encima. En realidad no era una posición totalmente adecuada. Ya comenzaba a ponerme algo…malo.
-Venga ya anda, me has mojado entera. – dijo incrédula. Me observaba seria mientras yo eleva una ceja con una cara divertida. Ella abrió mucho los ojos cuando se percató de su ‘doble sentido’
-¡Eres un guarro! – dijo carcajeando.
-¿Te has mojado entera? – pregunté carcajeando. Ella negó avergonzada y me sacó de encima literalmente. Se puso de pie, totalmente empapada y golpeó su pierna en mi trasero. Carcajeando me acerqué y la rodeé con mis brazos.
-Oye, no me pegues. – dije carcajeando.
-Sigues siendo el mismo estúpido. – dijo riendo.
-Y tú sigues siendo la misma pequeña fierecilla. – contesté riendo mientras esa risa iba abandonando poco a poco mis labios e iba rompiendo la distancia para justo entonces rozar su dulce boca.
Abandonando mis labios me sonrió y sentí como el ‘boom boom’ de mi corazón cobraba vida cuando me besaba o simplemente cuando la tenía cerca. Se acercó a la piscina y se lanzó de cabeza. La primera chica que se lanzaba de cabeza. Nada de ‘No, no, que se moja el cabello’ ‘Oh no, que en el salto se me puede correr la pintura de ojos’, ‘Oh no Justin que se me pierden mis pulseras’ simplemente, así. Saltando. Instantáneamente. Sin aviso. Me lancé detrás y buceé hasta llegar a ella, tirando de una de sus piernas. Algo asfixiada salió a la superficie intentando alcanzarme. Cuando lo logró hizo presión en mis hombros intentando ahogarme pero yo era mucho más fuerte que ella obviamente. Enfadada por esto se rindió. Deslicé mis manos por la piel de su cintura acercándola a mí.
|| Narra ___ ||
Desliza sus manos por mi cintura y una pequeña corriente eléctrica de esas que sientes cuando quitas un enchufe o cuando una misma persona te desprende electricidad en tu cuerpo. Una corriente eléctrica que invade tu cuerpo en decimas de segundos haciéndote volar de ida y vuelta. Me vuelvo a abrazar a él. Qué guapo es, con esos ojos color dorado y esa sonrisa de niño bueno que me dice una y otra vez ‘’bésame’’. Y claro, no podía decirle que no, así que me lancé y no paré de besarle. Y es que cualquier escusa era buena, hacia todo lo que podía para posar mis labios sobre los suyos. Y es que en cada beso se reflejaba algo distinto. Besos fugaces, tímidos, besos cortos, besos largos, de deseo, algo guarros, besos por que sí y por qué no. Cualquier beso, todos diferentes y a cada cual mejor. Entre beso y beso nos susurrábamos, nos hacemos cosquillas bajo el agua y nos sonreímos. Y es que entre beso y beso me daba tiempo de subir al cielo, coger un pedazo de estrella y bajarla a la tierra para regalársela.
-Más bonita que ninguna. – dijo sobre mis labios. Mis piernas le rodeaban y le sacaba unos cuantos centímetros por encima de su cabeza.
-Y tú más tonto que ninguno.
-Que poco romántica eres.
-Y tú que imbécil y no me quejo.
-¿Ves?
-¿El que veo? ¿Un día y medio y ya estás enamorado de mi?
-No, dos días. Te pedí que fueras mi novia ayer, a las siete de la tarde. Y ahora son las siete y un minuto. Fíjate en el reloj de allí. – dijo señalando el enorme reloj que nos regalaba la hora a todos los que nos encontrábamos en el campus.
-¿Ahora cuentas las horas?
-No. Simplemente me acuerdo de las cosas importantes.
Me miraba con esos ojos dorados miel tan bonitos preguntándome con la mirada que era lo que me pasaba. Y es que me había quedado congelada totalmente. Yo simplemente le sonreí, le sonreí como tonta y volví a acercarme a él. Me acerqué lo suficiente acariciándole. Le dije al oído que le quería, una vez más. Entonces, se acercó a mí y me besó en los labios. Sus labios volvían a estar posados sobre los míos y mi corazón latía acelerado, cerré los ojos y dejé que mi mente se fuera de vacaciones mientras mi cuerpo seguía a mi corazón.
Pero poco duraron las vacaciones porque una voz lo demasiado aguda, tan aguda como para que todas las farolas que le daban luz a la ciudad, explotaran. Tan aguda que hasta los más sordos recuperarían el sonido al instante. Tan aguda, que tuve que achinar mis ojos y unas facciones de dolor para mis oídos se plasmaron en mi rostro y en el de él.
-¿Qué? – dije mirando a Jasmine que nos observaba medio metro más lejos en el agua. Con una enorme cola para que sus cabellos no se mojaran.
-¿Me podrían alcanzar mi coletero?
Con el ceño fruncido y aún abrazada a Justin giré mi cabeza hasta nuestro lado. Un pequeño coletero de color rosa chicle casi fluorescente nadaba por encima del agua, a nuestro lado. Intencionadamente para interrumpirnos, seguro. Me estiré un poco hasta este, bajando una de mis piernas de la cintura de Justin y se lo lancé a Jasmine con demasiada fuerza. Tanto que salió fuera de la piscina. Ella elevó una ceja y me miró con furia. Luego giró y esbelta caminó con la mano en la cabeza para que sus cabellos no tocaran el agua. Carcajeando miré a Justin.
-Cuando te pones así, juro que me pones a cien.
-¿Así como?
-Desafiante.
-Me gusta desafiar. – dije volviendo a enredar mis piernas en su cintura. Él mordió su labio inferior y se acercó un poco.
-¿Me estás desafiando?
-¿Yo? ¿Desafiándote a ti?
-Así es. – dijo acariciando mi espalda. – Tú, desafiándome a mí.
-¿Esto se considera como desafío? – pregunté esta vez yo deslizando mi mano de nuevo hasta su pecho.
-Un poco más arriba. – dijo deslizando mi mano hasta su corazón.
-¿Estoy desafiando a tu corazón? – pregunté.
-Así es. A cada instante. - dijo en un susurro.
‘'No le tengas miedo al amor. Dios ha bendecido a las personas con la capacidad de amar, y no permitas que tus inseguridades te acobarden, eres fuerte y capaz, siempre recuérdalo. Cuando te encuentres con él, no tengas miedo, no intentes huir. Lánzate a disfrutar de su beso, como si fuera la última vez que lo fueras a ver. Déjate seducir por su voz haciendo melodías en tu oído. Piérdete en sus ojos. Acaricia sus manos. Siente. ‘’
Así decía el final del libro de ‘A una esquina del corazón’. Sí, aquel libro que comencé a leer cuando llegué a la universidad. Estaba comenzando a seguir la teoría sin darme cuenta y ahora él se encontraba acercándose a mí, de nuevo.
-Sabes que te quiero. – me miró.
-Sabes que me gustas mucho. – le miré.
-Y tú a mi también.
-Pero tú también sabes que te quiero.
-¿Por qué me quieres? Tengo muchísimos defectos.
-Por eso mismo te quiero. Porque aceptas que tienes defectos. Y nadie antes me había enseñado todo lo que tú me estás haciendo sentir y todo lo que me estás enseñando en estos largos dos meses. He encontrado a un yo que no conocía. Y encontrado muchas respuestas a por qué te quiero princesa.
-Quiero saber una. – dije sonriendo. - ¿Y por qué me dices princesa?
-Está bien. – asintió sonriendo. - Te quiero entre muchas otras cosas, porque creaste una burbuja a mí alrededor, una burbuja de magia y un poquito de amor. Cambiándome poquito a poco, enseñándome a reducir la velocidad. Y te llamo princesa porque según mi hermana pequeña, las princesas llegan y te ocupan el corazón sin apenas darte cuenta. Y tú, eres mi princesa.
Y volvió a hacerlo. Volvió a besarme.
Y tengo que reconocer que podréis llamarme idiota. Oh si, tenéis todo el derecho de hacerlo. Porque yo, ___ dije hace un tiempo que no creía en el amor. Creo en el ratoncito Pérez, en los Reyes Magos, en las Sirenas, en las Hadas, en Campanilla. En Papá Noel y en Dios. Creo que Alicia se perdió en el País de las maravillas a propósito. Creo que si besas al sapo adecuado se convertirá en un apuesto príncipe. Creo en la segunda estrella a la derecha y en que Peter pan vendrá a buscarme algún día para llevarme al país de Nunca Jamás. Creo en muchas cosas ridículas, cosas sin sentido y verdaderas falsedades que todo el mundo conoce pero que para mí son verdades. Sin embargo, no creía en el amor. Y estaba equivocada.

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1 comentarios

  1. precioso precios precioso
    me encanta esta novela
    lei unforgetable y dios leeria esa novela mil veces y no m kansaria la adoro
    y esta lleva kamino d lo mismo las anteriores no pude leerlas pork no sabia k tenias pero me encanta
    y amo komo escribes
    gracias a ti y a tus novelas quiero a Justin kada dia un poko mas
    muchas veces intente decirt en tuenti pero pues nunca m agregaste. un besitoo
    y sube pronto el siguiente

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