• Desafío al corazón. Capítulo {24}

10:56

• Capítulo 24.

|| Narra ____ ||
Mientras recreo esta imagen en mi cabeza, de repente, frente a mí. Yo. Mientras, estoy aquí, estática, invariable, inmóvil, inamovible, quieta, pasmada, atónita...congelada. Me observo. No es real. Yo no soy esta. Miro a Ruth. Ella sonríe ampliamente. Me vuelvo a mirar. ¿Dónde quedé? ¿Quién soy? Mi pelo, mi pelo llega por mi cintura. Me lo han planchado, lo tengo totalmente lizo. Unos flecos lucen en mi frente, totalmente planchados. Mi pelo, suelto, largo, libre. Perfecto. Sin un coletero. Observo mis ojos. Nada de gafas. Nada de nada. Mis pestañas han cobrado vida. Una línea moldea el contorno del ojo y una sombra negra, también me acompaña. Mis labios están pintados de un color rojo, y el maquillaje hace que me vea aún más morena. Vuelvo a mirar a Ruth.
-¿Quién soy?
-___. ___ Maslow.
-No. – niego. – Yo no soy esta.
-Lo eres.
-Pero….- volví a mirarme. - ¿Cómo habéis conseguido esto?
-Eres tú. Tú eres así. Lo que pasa que nunca quisiste hacer por ti misma.
Asentí, ella tenía razón. Volví a mirarme en el espejo. Observé mi cuerpo. Mis piernas estaban suaves y lucían bien. ¡Demonios! El traje me hacia unas curvas bonitas y los tacones eran perfectos.
|| Narrador ||
Después de __ verse a sí misma, Ruth volvió con ella al salón. Se colocó en una pared totalmente blanca y Richard le dijo que hiciera lo que quisiera. Al principio, estaba nerviosa. Todos la miraban. Estaba totalmente nerviosa, era la primera vez que hacia algo de esto y no tenía ni idea.
-No sé qué hacer. – dijo suspirando.
-Tú, tan solo mírame. – dijo Richard aprovechando una de las miradas que acababa de regalarle. Flash.
‘Mírame a mí, olvídate del exterior’. ‘Concéntrate en mí’ ‘Piensa en cosas que te hagan sentir bien’ ___ comenzó a hacer caso a las teorías de Richard y así lo hizo. Ya llevaban unas 30 fotos de ella. Pero entonces, la puerta se abrió. Y ella giró su mirada. Flash.
|| Narra Justin ||
Bajamos las escaleras Ryan y yo. Yo, posando para la revista de moda de mi padre. Esto era increíble. Encima tenía que aguantar todo esto. Llegamos al salón, al lado de ‘Make a change’. Me habían dicho que tenía que hacerme unas fotos con una chica. Eso era lo mejor de todo esto. Normalmente traen a modelos preciosas aquí, con suerte me podré tirar a alguna. Pero entonces mi corazón salió de cabeza, cuando Ryan abrió la puerta. Aquella chica. No. No era posible. Entonces giró su mirada y... ¡BAM! Cinco sacos de cemento nuevamente por favor. Me quedé estático. Su mirada. Era…era…¿Era ___? No, no. Me acerqué, Ryan me decía que avanzara. Me había quedado inmóvil. Nos quedamos al lado de Richard, hasta que él paró y todos aplaudieron a aquella chica. Maltita sea, era preciosa. Era totalmente preciosa.
-¿Quién es? – dije intentado engañarme.
-___. ___ Maslow. – dijo uno de los diseñadores que estaban allí.
Quinientas, quinientas millones de pulsaciones a toda hostia. Mi corazón se iba a venir abajo. No era posible. Sí. Si era posible. Pero no lo era. Ella era bonita. ¡Otra vez con eso Justin! Pestañeé. La observé. Toda, toda ella era hermosa. Sus labios tintados de un color rojo pasión, ansiaba devorarlos de nuevo. Miré hacia abajo. Pensar en esto, no era bueno. Carraspeé.
-Genial. – dijo Richard. Ella se bajó del pequeño ‘escenario’ que le habían montado y se acercó a Ruth. Piernas. Tenía unas piernas hermosas. Tenía un cabello hermoso. Tenía unos ojos hermosos. Acaba de sonreír. No tiene aparatos. Genial. Creo que me acabo de correr.
-Justin. – dijo Richard. Salí de mi mundo. Lo miré. Él rió. – ¿Es hermosa verdad? Volví a pestañear. No hizo falta que dijera nada.
-¿Qué pasa? – pregunté.
-Ahora tenéis que posar los dos. La sesión era de vosotros. Pero no pude evitar tomarle a ellas alguna al principio, nos servirán para el cartel de la próxima revista.
-¿Qué? – dijo ella girando. Por fin me miró.
-Ahora tenéis que posar juntos. – dijo Richard. Que planazo, ahora tengo que estar cerca de ella.
-Ni loca. – negó. Sí. Era ella.
-Vamos. – dijo Richard haciendo un gesto. Pónganse allí. – señaló un fondo morado.
La miré. Me miró. Volvió a negar. Ruth le susurró algo, suspiró pesadamente y caminó hasta el fondo. Válgame Dios. Que curvas. La seguí. Me miró.
-¿Y qué hago? – pregunté.
-Justin, tómala por la cintura. ___, sonríele y tú Justin, mírala con deseo. – dijo Richard mirando por el objetivo. Ella lo miró y elevó una ceja. Todos rieron.
-¿Estáis locos? – preguntó.
-Ya, déjate de idioteces. – le susurré y la acerqué a mí. En ese momento, creo que saltaron como sesenta flashes a la vez. Y tan solo había tirado de ella. Frunció su ceño observándome y luego suspiró. Cerró los ojos y me miró. Sonrió. Me derretí.
-Genial, genial. – dijo Richard. Se separó.
-Ahora, ___ pégate a la pared. Eleva la pierna derecha y colócala en la pared. Tú Justin, siéntate ahí. En ese pequeño banco y mira hacia ella. ___, tú mira hacia la cámara. – explicó Richard. Eso hicimos. Flash. Flash.
-Perfecto.
Nos explicó unas cuantas poses más, esto me empezaba a gustar.
-Genial, van casi cien.
-¿Tantas? – dijo ella atónita.
-Sí, pero ahora vienen de otro estilo. – carcajeó. – Vayan a cambiarse.
|| Narrador ||
___, se vistió esta vez un poco más salvaje. Rizaron un poco su pelo, dejando todas las puntas lizas, de esa forma de ‘leona’ que tanto usan los diseñadores. Marcaron más sus ojos con unas sombras más negras. Colocaron un panti, y unos tacones esta vez de plataforma, pero negros. Su blusa era de leopardo, lucía un rostro más salvaje, de más mujer. Más atrevida.
Justin, llevaba un look parecido. Su pelo lo habían colocado de punta, con laca. Llevaba un pantalón por la rodilla, vaquero, rasgado. Una blusa amarilla de los Rollings. Llevaba un pantalón marrón y una chaqueta negra, más del nuevo estilo. Luego, lucía unas supra negra.
Entraron de nuevo, quedándose de nuevo, los dos boquiabiertos. Intentando disimular esto.
|| Narra Justin ||
Era imposible. No podía ser verdad. ___ era demasiado. Subió allí, parecía estar cómoda. Ahora el incomodo era yo. Haber como permanecía cerca de ella sin poder hacer nada.
-Chicos. – dijo Richard. Todos los demás se habían ido. Él había pedido eso para que nos sintiéramos mejor. Le miramos. – Estas fotos van a ser más escénicas.
-¿Qué significa eso? – dijo ella. La observé.
-Significa que tendréis que hacer más cosas. Y van a hacer más…- no terminó la frase.
-___ acércate a Justin, quiero que le cojas por la blusa y lo mires con pasión.
-Si, seguro. – carcajeó. Su risa me ruborizó.
-Hazme caso por favor.
-Está bien, está bien.
Se acercó a mí, algo rápido. Por primera vez, me sentía como un juguete. Tiró de mi blusa y me acercó a ella. No hacía falta fingir. Ya nos estábamos mirando de aquella forma. Flash.
-Estupendo. Ahora, Justin, cógela. - Miré a Richard y elevé una ceja. Él rió. Sabía perfectamente lo que me pasaba. Observé a ___.
-Vale. – asentí. - ¿De qué forma la cojo?
-A horcadas.
-¿¡QUÉ!? – dijo ella. Reprimí una risa. – No, si te parece me lo tiro aquí y también lo fotografías. – dijo ella.
-Me parece una buena idea. – dije.
-Eres un gilipollas.
-¡Hey! – dijo Richard carcajeando sin fin. Había hecho fotos de aquello. – Acaban de salir unas buenísimas. – no paraba de carcajear. Volvió a retomar compostura. – Ahora en serio, cógela así. Pero apóyense en la pared.
-Joder Richard, lo haces difícil. – dijo ella colocándose la blusa. Tranquilo Justin, tu respira.
-Venga. – dijo ___.
Asentí, caminé con ella hasta la pared y la cogí en peso. Enredó sus manos en mi cuello y me miró a los ojos. Me sentí totalmente estúpido. De repente, como que me sucedió algo….no sé explicarme en estos momentos. Esta mierda nunca me ha pasado. No sé qué me pasa.
-Muérdete el labio ___. – dijo Richard. Ella asintió.
Colocó bien sus manos alrededor de mi cuello y me miró. Mordió su labio inferior y yo elevé una ceja. Se me había olvidado todo el rollo este de las fotos. Entonces no pudo evitar sonreír. Flash, Flash, Flash. Volvió a morderse el labio.
-Chicos, conversen.
-Sí, es súper fácil eh. – dije yo si quitarle vista. Ella rió. Flash. Luego, se escuchó la fuerte carcajada de Richard.
-Hola. – dije observándole.
-No me hables. – dijo ella.
-Vale. – contesté. Se rió. Flash. Me reí. Flash.
-Me gustan tus dientes.
-A mí también. – Elevé una ceja. Curvó sus labios, sonrió levemente.
-Y tú cabello. – acaricié su hombro. Flash.
-No hagas eso.
-¿Por qué?
-Cuando lleguemos a la…-la corté.
-Justin cuando lleguemos a la universidad, ni se te ocurra hablarme. – dije con voz de chica. Ella carcajeó, esta vez fuerte. Me contagió, haciendo que carcajeáramos los dos. Mil flashes.
-Joder. Lo estáis haciendo muy bien. – dijo Richard. – Venga, déjala ya en el suelo.
-No, creo que ya me acostumbré a esta posición. – dije. Ella me soltó y bajó por sí sola. Carcajeé. Volví a mirar a Rich que negaba con la cabeza mientras reía.
-Ahora viene una más difícil. – dijo. – Vengan por aquí.
___ bajó y siguió a Richard. Nos llevó a una especie de césped que habían montado.
-Vaya. – dijo ella riendo. – Que raro.
-¿Lo han hecho bien eh? – carcajeó Rich.
-Está muy currado ‘man’. – dije esta vez yo.
-Tumbaos ahí. – señaló el suelo. ___ lo miró elevó una ceja y reprimió todo lo que iba a decirle. Se tumbó en el suelo.
-Justin, encima. – dijo bromeando.
-Joder, que rápido. – carcajeé. Ella me miraba con una expresión de odio. – Vale, era broma. – me puse serio. - ¿Qué hago?
-Esta foto, vais a tener que imaginárosla vosotros y colocaros. A ver, imaginaros que os gustáis, que estáis en un parque, estáis tumbados en el césped y pasan los minutos previos de cuándo va a llegar beso. Reprodúzcanlo y háganlo. – dijo Richard. Tragué saliva.
Me recosté a su lado. Me acerqué lo suficiente a ella y cogí un mechón de su cabello, la observé sonriendo. Ahora tocaba su parte. Se acercó a mí. Rosó con sus delicadas manos mi mejilla y lamió sus labios. ¿Eso parte de la reproducción o lo había hecho porque le salió a sí? Esto me estaba poniendo nervioso. Esto de tenerla tan cerca y no poder hacer nada, me estaba estresando. Flash.
-¿Por qué no aparecisteis antes? - preguntó acompañando una risa. Ella se giró y miró a Richard.
-¿Cuántas quedan? – preguntó.
-Unas tres.
-Vale.
-¿Qué pasa? – preguntó con el ceño fruncido.
-Nada. – negó. La observé. Su rostro había cambiado por un segundo. Sentí un pequeño vuelquito en mi corazón al verla de aquella forma. Rayos Justin, otra vez eso.
-___, colócate sobre él.
Esta vez ni rechistó, ni dijo nada. Me recosté en el supuesto césped y se colocó encima de mí. Esta posición no era buena. Es decir, lo era. Pero no. Esto traería consecuencias. Las traería. Se colocó sobre mí y miró a Richard.
-___, ahora respira. - Ella frunció el ceño. – Quiero que te eches hacia adelante y beses su cuello.
-‘Man’ eso no. – dije negando. Él volvió a carcajear. – Lo digo en serio.
-¿Por qué?
-No, porque no. –negué. Ella me miró.
-Cállate. – suspiró y se echó hacia adelante. Sintiendo ahora su cuerpo sobre el mío. Sí, yo avisé. Yo avisé que esto traería consecuencias. Rosó con sus labios mi cuello y yo pensaba que iba a morir por convulsiones eléctricas. Mantuvo sus labios en mi cuello casi un minuto, luego lo abandonó e hizo su pelo hacia un lado. Volvió a besar mi piel.
-Listo. – dijo Richard. – Falta la última y más difícil. - Se levantó y me levanté. Me estaba costando bastante, recuperar el aliento.
-Vengan. – dijo bajando de aquella tarima. Volvimos al mismo sitio de antes, sólo que esta vez, habían bajado un color negro como ‘fondo’ de foto.
-¿Qué tenemos que hacer?
Richard tragó saliva.
-Apoyaros nuevamente en la pared. ___, tú en la pared. Así lo hizo. – Genial. Ahora, no voy a pedir nada. Sólo quiero que rocéis vuestros labios. Si me facilitáis el trabajo y os besáis más con el est….-le corté.
-¿Quieres que le coma la boca verdad? – dijo esta vez ella. Me sorprendió aquella expresión por su parte. Juro que nunca lo había pensado. Aquello me puso muchísimo. Oh dios, la iba a besar de nuevo.
-¿Sí? – dijo Richard asombrado. Ella asintió. Enredó sus manos en mi cuello. Y me besó. Hola Justin, bienvenido a otro mundo. El calor me embargó por completo. Besó mis labios de una forma lenta, tan solo estaba tocando mis labios a un ritmo lento, luego comenzó a ir más rápido y se alejó.
-¿Ya? – dijo mirando a Richard.
-Sí. – dijo él sorprendido.- Geniales.
-Perfecto. – me soltó y bajó de la tarima.
-¿Terminamos? – preguntó.
-Sí, has estado estupenda ___. Has sido la mejor modelo que he tenido.
-Ohh. – sonrió. – qué lindo. – rió. – Ahora nos vemos, voy a cambiarme.
Richard asintió y ella despareció con aquel contoneo de caderas. Me quedé donde me dejó. Observé cómo se iba mi diosa. Mire a Richard que me observaba carcajeando.
-‘Man’, estoy perdido.

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