• Desafío al corazón. Capítulo {15}

10:15

• Capítulo 15.

Le sigo y llegamos a una oficina muy bien decorada.
-Necesitamos que nos ayudes en algo.
-¿Yo?
-Así es. – asiente. – Nosotros trabajamos con ‘Roop Deen’ es una tienda de ropa, donde nosotros publicitamos todos sus modelos. Richard, nuestro fotógrafo estaba enfermo pero ya esta mañana llegó, yo iba a pedirte que si tú podías sacar las fotos, pero Richard llegó y descontroló mis planes. – carcajeó. - Por lo que ahora, me gustaría pedirte el favor, de que me buscaras la modelo.
-¿Qué? – abrí mucho los ojos.
-Pues…- le corté.
-Sí, he entendido. – asentí. - ¿Para cuándo necesita la modelo?
-Para mañana.
-¿Para mañana? – me exalté.
-Así es. ¿Puedo confiar en ti?
-Por supuesto. – asentí.
-Obviamente, cobraras por ese trabajo.
-No, no hace falta. – negué. Jeremy carcajeó negando y se puso en pié. Me observó.
-____, ¿a ti no te gustaría modelar? – pestañeé varias veces.
-¿Cómo?
-¿No te gustaría modelar?
-¿Usted me está viendo?
-Te veo.
-No quiero ofenderle pero, ¿Y viéndome usted cree que esa pregunta es lógica?
-Es muy lógica. Eres preciosa. Además, podemos cambiar algunas cosas. – me observó curioso. - ¿Ya cumpliste con el tiempo de tus aparatos?
-Sí. Hace bastante.
-¿Ves sin gafas?
-Sí. – se me escapó una risa nerviosa.
-¿Puedes soltarte el cabello?
-No. – negué seria. – Es decir…
-¿Me harías el favor de soltarte el cabello? – dijo esta vez más serio con una voz ronca.
Le observé confundida. Llevé mi mano a mi coletero y tiré de este haciendo que cayera totalmente hasta un poco más arriba de mi cintura. Jeremy me observo y tocó los cortes de mi cara. ¿Me estaba examinando? Era demasiado extraño. Tocó mi cabello y lo dejó caer. Volvió a observarme. Dirigió su mirada a mis labios y volvió su mirada a mis ojos. Se alejó y repasó con su vista mi cuerpo. Luego, se fue. ¿Alguien me explica algo? Se me comienzan a juntar las preguntas.
Salí de aquella oficina y me dirigí al mismo sitio de antes, Jeremy hablaba con Richard. Busqué a Justin con la mirada, pero no estaba por ninguna parte. Y aquella chica tampoco. Suspiré pesadamente y me acerqué a Jeremy.
-Lo siento. – le llamé. Giró rápidamente con una sonrisa.
-¿Pasa algo?
-No, no. – negué. - ¿Sabe donde está Justin?
-Pufff. – suspiró rascándose la nuca. – No tengo ni idea.
-¿Me podría dar su teléfono móvil?
-¿No lo tienes? ¿No eres su amiga? – preguntó divertido sacando su teléfono.
-Si usted supiera…- dije en un susurro.
-671970205.
-Muy bien. – asentí. – Muchas gracias.
-De nada. – sonrió. – Con permiso, me voy a tomar un café. Un placer conocerte ___. Mañana te llamaré.
Y se fue dejándome con la palabra en la boca. ¿Llamarme? ¿Para qué? ¡Ah claro idiota! Para ver si he encontrado la modelo. Caminé escaleras abajo. La recepcionista me dedicó una tierna sonrisa y un adiós. Salí de la empresa y me quedé observando los alrededores. Tiendas, tiendas, tiendas, restaurantes, tiendas, tiendas, restaurantes. Respiré hondo y saqué mi teléfono. Pulsé sobre el botón verde que marcaba su nombre. Lo coloqué sobre mi oreja. El primer tono. El segundo. El tercero. EL cuarto. Corté. Comencé a caminar sin rumbo y entré dentro de una tienda. Había ropa preciosa. Comencé a recorrerme todas las tiendas, intentando buscar algún pasatiempo. Observé la hora, ocho y media de la noche. Se me abrieron los ojos y el corazón me comenzó a ir rápido, salí a fuera, ya había oscurecido. Volví a mirar el reloj. Recordé la universidad. Dios mío, este idiota me ha metido un gran lío. Salí corriendo de allí, hasta que el móvil sonó.
-¿Sí? – pregunté.
-¿Se puede saber donde mierda estás?
-Eso digo yo, ¿Dónde mierda te has metido?
-¿Qué? ¡Llevo dos horas buscándote!
-Sí, claro. – carcajeé irónica.
-¿Maslow, donde estás? Estás agotando mi paciencia. – Observé mí alrededor.
-Pues…estoy…no lo sé, hay muchas tiendas.
-¡¿Te has ido a la zona comercial?!
-Supongo.
-¿Pero por qué te has ido de aquí? ¿Eres tonta?
-¿Qué quieres que me quede ahí sin hacer nada, esperándote como una estúpida, mientras tú te follas a la rubia?
-¿Qué?
-Nada. Adiós.
Y colgué. Volvió a sonar mi teléfono. Observé la pantalla.
• Justin te está llamando. Aceptar ◘ Ignorar.
Ignorar. Respiré hondo por decima cuarta quinta vez y guardé el teléfono. Intenté recorrer el camino que había hecho anteriormente, para volver a la empresa de Jeremy. Ahora que lo pienso, no entiendo como teniendo un padre tan ejemplar, sale un hijo así de estúpido.
• Justin te está llamando. Aceptar ◘ Ignorar.
Dudé en contestar, pero si no le contestaba nunca saldría de aquí. Aceptar.
-¿Dónde estás? – pregunté esta vez yo.
-Que sea la última vez que me cuelgas. – dijo en un tono ronco. - ¿Ves la fuente luminosa? – Observé a un lado, una fuente de colores, realmente preciosa.
-Sí.
-Estoy ahí. Ven ya. Colgó.
Observé cómo me había colgado dejándome con la palabra en la boca. Me volví a enfurecer.
-Te odio. – susurré.
Caminé a paso rápido hasta la fuente y miré justo al lado. Estaba allí, mirando hacia todos lados con su chaqueta negra de cuero. Me miró.
-Súbete.
-Pues bájate.
-No, esta vez vete atrás.
-¿Qué? ¿Y no me agarras? – dije asustada. Él curvó sus labios dejándosele ver una pequeña franja de su dentadura.
-No.
-Pues entonces me das dinero y me vuelvo en un taxi. – volteé.
-¡____! – gritó.
Abrí los ojos, como los de un mismo búho se tratara. Me había llamado por primera vez por mi nombre y una pequeña electricidad me subió por el cuerpo. Esa sensación totalmente desconocida que no me gustaba para nada. Volteé a verle.
-Súbete ya a la moto, vamos a llegar tarde y entonces sí que estamos perdidos. – volvió a decir con voz ronca.
Miré al suelo y volví a mirarlo. Me armé de valor y dejé todos los miedos atrás. Me acerqué y me coloqué encima.
-Abrázame.
-¿Qué?
-¡Que me abraces!
-¿¡Tú estás loco!?
-Está bien, pues no me abraces. – prendió la moto. Aceleró fuerte. Una. Dos. Tres. Y salió a mil por hora.
Mis manos se colocaron alrededor de él como un imán. Me aferré a él totalmente. Creo que demasiado. Me moría de miedo. Esto era horrible. Bueno…o no tanto. Justin tenía un olor rico. ¡Rayos! Curvó, quizás demasiado y volví a abrazarle fuerte. Abrí los ojos e intenté mirar al suelo. Los cerré en el mismo momento. La velocidad a Justin se notaba que le transmitía adrenalina.
-¿Estás cómoda? – gritó carcajeando.
-¿Queda mucho? – ignoré su pregunta.
-Sí, un poco.
-Joder.
-Agárrate de mí, ni se te ocurra soltarte.
-Justin, te voy a matar. Desde que lleguemos a la universidad ni se te ocurra volver a dirigirme la palabra.
Él me contestó con una enorme carcajada que hizo que la oscuridad de la noche se volviera aún más tétrica. Velocidad. Después de casi media hora, paró la moto. Pero yo seguía abrazada a él.

You Might Also Like

1 comentarios

  1. fuhsdjkfhdskjfhdskjfh -Agarrate de mi, ni se te ocurra soltarme *-* jfhgkjdfh <3.

    ResponderEliminar