15:41


Anoche olvidé cerrar la ventana de mi habitación y una leve brisa se asomó entre mis cortinas, 
paseándose a su antojo por las cuatro esquinas de mi habitación. Fui incapaz de evitar despertarme a las tantas de la madrugada, y como costumbre encendí el móvil, quizás por la curiosidad de saber en qué hora me encontraba. A quién pretendo engañar, buscaba algún mensaje tuyo. Pero no encontré nada. Y luego me volví a cuestionar mi puta gilipollez. Ese constante debate entre la cabeza y el hueco izquierdo del pecho. Y es que... nunca se han llevado bien. Marc Anthony en su famosa canción de vivir la vida dice que, "a veces llega la lluvia pa' limpiar las heridas" y hoy desgraciadamente, llueve en Gran Canaria. 

Estoy segura, que no tardarás mucho. 
Dame unos días, y todo cambiará.
Esperar. Esperar. Y esperar. Y, al final, nada llega.
Ya ni siquiera esperaba esperar que alguien me esperara.
Esperar para que nadie te espere. Esperarte. Esperarnos. Y acabar esperándome.
Y acabar pensándote, porque es la única forma de tenerte.




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