• Desafío al corazón. Capítulo {98}

12:40

-     


   ¿Entonces? ¿Qué te parece? – preguntó Scooter.

Justin suspiró y clavó la mirada en la copa de cristal. Llevaba una hora hablando con Scooter. Él le había propuesto realizar una serie de shows y eventos, y probar a ver si a la gente le gustaba su música y su estilo. Realizar esto significaba abandonar algunas cosas. Y era a esa palabra a lo que le temía. Él no quería abandonar nada. Ahora estaba saliendo todo como jamás pensó. No quería volver a pasar eso de alejarse de la gente que quería. Ya lo había vivido una vez y no quería pasar por ella una segunda. Pero había otro problema. Y es que no abandonar por un tiempo esas cosas, también significaba abandonar su sueño.
El aire se le escapó de los labios y luego volvió a clavar la vista en Scooter.

-        Necesito pensarlo.
-        ¿Qué necesitas pensar? – le respondió tomando un sorbo de vino.
-        Todo. Esto es demasiado precipitado.
-        Tienes que arriesgarte Justin.
-        Ya lo sé. – se exasperó. – Pero es que no quiero volver a cagarla.

Scooter soltó una pequeña carcajada y luego pidió la cuenta. A pesar de que Justin quería pagarla, Scooter fue más rápido. Salieron del restaurante. Justin tenía un millón de pensamientos que rebotaban y rebotaban en su mente sin parar. No sabía que mierda hacer. Quizás estaba exagerando,  tampoco se iría por mucho tiempo. Tres meses. Cuatro. Quizás cinco. ¡No! Eso era demasiado tiempo. Demasiado tiempo sin tener a su familia a su lado, demasiado tiempo sin tenerla a ella. Ya había sufrido demasiado con la lejanía de su familia cuando estaba “estudiando”, y también sufrió con la lejanía que le separó de ella tiempo atrás. ¡Ugs! Estaba realmente, echo un puto lío.

-        ¿Todo bien? – Scooter le sacó de sus propios pensamientos y se sintió un poco desubicado. Observó la carretera y pestañeó dos veces, para luego clavar la mirada en aquel hombre.
-        Sí. – dijo inseguro. Scooter curvó sus labios en una media sonrisa. Estaba claro que le conocía de apenas unas horas, y ya comenzaba a conocerle. Justin clavó la mirada en sus zapatillas. Luego volvió a mirarle a los ojos. – En realidad no. – se sinceró. – Estoy cagado.
-        ¿Por qué? – carcajeó. Luego se acercó y le pasó el hombro por encima. Justin entrecerró el ceño y miró al frente despistado. – Mira Justin, ¿Tú no quieres dedicarte a la música? – le preguntó.
-        Sí. – murmuró.
-        Y tú conoces como va este mundo, ¿verdad?
-        Sí. – volvió a murmurar. Scooter volvió  a reír. Le dio dos palmadas en la espalda y se colocó justo delante de él. – Y sabes que también debes de arriesgarte, ¿verdad?
-        Lo sé. Pero…
-        Tienes miedo. – se adelantó. Justin frunció el ceño. Él nunca había dicho esa palabra. La palabra miedo no existía en su vida. Bueno, excepto cuando pensaba que iba a perder a ___.
-        No es miedo. – negó. – Es…-suspiró. – Joder, no lo sé. Tengo que pensar todo esto. Hablarlo, ordenar mis pensamientos y…
-        Está bien. – le dijo. – Piénsatelo. Pero no tienes mucho tiempo. Tienes hasta mañana. Nos vamos a New York a las 7:30 de la tarde, sólo si aceptas. Si quieres cumplir tu sueño. Pero te voy a decir una cosa Justin. Aprende a vivir el hoy y no en un mañana que quizás nunca llegue.

Y se fue. Sin más. Puso el coche en marcha y se perdió por la carretera a toda hostia. Justin se quedó allí, en la acera. Pensativo. “Si quieres cumplir tu sueño”. Una sonrisa, de esas que sólo tiene él, se le cuela en el rostro. Sin permiso. Y de repente como que todo ha recobrado más vida. A medida que pasa el tiempo, te das cuenta de cómo van cambiando las cosas. El día de hoy, ya no crees lo mismo que pensabas ayer. Lo que sientes hoy, es diferente a lo que sentiste tiempo atrás. Las personas que quisiste o creíste hacerlo, ahora pasan a ser parte de tus recuerdos. Y aparecen otras, que se convierte en parte de tu presente. Lo que siempre soñaste, puede que se haga realidad. Pero también, puede que nunca te llegue el turno. La vida es así. Es decir, ya sabéis eso de que “todo llega a su debido tiempo”. Ya sabes que existe la gente con suerte, y la gente sin suerte. Él forma parte de la segunda categoría. O eso es lo que piensa. Y es que no se da cuenta, que el destino le está regalando lo que siempre ha deseado. ¡Joder! ¡Pero es que no quiere irse sólo! ¡No quiere dejar a ___ atrás!

……………………………………………………………………………..

-        ¿Entonces? – le preguntó ___.
-        ¿Entonces qué? – respondió él con una media sonrisa. Ella se giró en la cama y le hizo el pelo hacia atrás. Luego lo miró a los ojos.
-        Vete.
-        ¿No te importa? – preguntó esta vez él. ___ curvó sus labios y miró a un lado.
-        Claro que me importa. – dijo y se puso en pie. Luego se acercó a la ventana, y tras observar un segundo el atardecer, se sentó sobre el escritorio. - ¿Cómo no me va a importar? Si te vas a ir. ¿Cuántos meses son? ¿Dos? ¿Tres? ¿Seis? Sabes que no aguanto sin ti ni un día. Pero es tu sueño ¿no? Pues entonces tendré que esperarte. – río. Justin se mordió el labio inferior, se levantó de la cama y se acercó a ella.
-        Eso significa mucho ¿sabes? – susurró. Luego pasó su dedo pulgar por la mejilla de ___ y ella cerró los ojos un segundo.
-        Me prometes que no te vas a enamorar de…-le cortó.
-        Te lo prometo.
-        Pero si no me has dejado terminar. – dijo con voz de niña. Justin soltó una pequeña risa y le dio un beso fugaz en los labios.
-        Ya.
-        ¿Entonces?
-        ¿Qué? – carcajeó.
-        ¿Me lo prometes?
-        No. Me voy a enamorar de una fan, iré a buscarla a su pueblo, viviremos una historia fascinante. Romperemos la regla de “Los famosos no se enamoran de sus fans”. Después la llevaré a nuestra playa, y me casaré allí con ella.
-        Y te mando a tomar por culo a la primera de cambio. – le dice ella con una ceja elevada.

Se baja del escritorio y Justin suelta una fuerte carcajada. Tira de su brazo. Lentamente se acerca sonriendo ante su comentario y se adueña de sus labios. Ella le corresponde. No puede evitarlo. Es imposible no caer rendida con el toque de sus labios.  Y la besa, como sólo él sabe hacerlo. La acorrala contra la pared y sus labios siguen creando magia con los de ella. ___ enreda sus brazos en el cuello de Justin. Y él apoya su mano derecha en la puerta. Después su mano izquierda, baja hasta su cintura acariciándola con suavidad, creando en el cuerpo de ___ millones de sensaciones distintas. Sonrió contra sus labios y vuelve a elevar su mano izquierda hacia su mejilla, acariciándola con la yema de su dedo pulgar.  Este era el mejor sentimiento. La manera en que sus  labios se conectaban provocando una chispa de peligro entre ellos. Se separa. Y se queda observándola unos segundos. ___, con los labios rojos ante tremendo beso, le roba un pico sonoro. Y él se muerde el labio inferior, para después volver a mirarla algo más serio.

-        Venga ya, ¿Cómo me voy a enamorar de otra?
-        Pues como lo hiciste conmigo.
-        No seas tonta. – suelta una pequeña risa. – Nunca va a pasar eso, ¿vale?

Ella asiente levemente y sonríe. Él carcajea de nuevo riendo y vuelve a besarla sin pausa.







|| Narra Justin ||

Acabamos de llegar a New York. Son las tres y media de la madrugada.  Estoy demasiado cansado. Acabamos de llegar al hotel que Scooter ha reservado. El vuelo ha sido demasiado pesado, se me ha hecho interminable. Dejo la maleta a un lado de la cama, y simplemente me tiro en ella. Ni siquiera la deshago. Me dejo llevar por Morfeo.

Siento algo sobre mí. Y una voz perturbándome en el cerebro. Me pongo la almohada en la cabeza. Pero siento como si estuviera…

-        ¡Justin! – gritan de nuevo. Me giro pesadamente y sí. Mojado.
-        ¿Qué coño haces? – le digo a Scooter que me mira divertido. Me pongo en pie y me quito la blusa. Menudo cabrón. Me ha mojado entero.
-        Joder, eres de despertar pesado. ¿También te pasaba con tu novia? – bromea. Scooter es un buen tipo. Lo conozco poco, pero realmente se le ve buena persona.  Aunque ahora mismo no me replantearía la opción de matarlo.
-        Que gracioso ¿eh? – le digo acompañando mi irónico tono, con una regañiza. Sacudo mi pelo. Estoy escurriendo. – Joder, te habrás quedado a gusto.
-        Pues la verdad que sí. – vuelve a carcajear. Yo me tiro de nuevo en la cama.
-        ¿Qué hora es? – pregunto sobándome un ojo.
-        Las seis y media de la mañana.
-        ¿Estás de broma no?
-        ¿Tengo cara de estar de broma?
-        No. Tienes cara de manager cabrón. Pero con cariño eh. – sonrío divertido. Él vuelve a carcajear.
-        Te vas a tener que acostumbrar a esto Justin.
-        ¿Y qué vamos a hacer hoy?
-        Vamos a ir a tres radios. La primera es en…-mira su reloj. – En menos de una hora. Prepárate. Te vengo a buscar en 40 minutos.

Maldita sea. Me quedo un rato más en la cama. Cinco minutos. Bostezo. Me estiro. Y vuelvo a bostezar. Me sobo un ojo y me pongo en pie. Abro la puerta del cuarto de baño. Joder. También hay un Jacuzzi. Bueno, ya me daré un buen baño ahí otro día. Me quito los boxers y me meto en la ducha. Quince minutos más tarde, salgo de ella y me enrollo una toalla en la cintura. Me seco el pelo con un secador que está colgado en la pared y agito dos veces el pelo. Listo. Lo dejo en su sitio, y me lavo los dientes. Vuelvo a la habitación y saco una ropa limpia de la maleta. Una blusa negra, unos pantalones vaqueros negros, unas supra rojas y una gorra roja. Y mi cadena. Me miro en el espejo. Y sonrío. Que gilipollas.  Me acerco a la maleta de nuevo y me echo un poco de perfume. Este es el favorito de ___. Me echo un poco más pensando en ella. Miro mi móvil. Tengo un mensaje. Es ella.
“Jo, esto no es justo. Hace tres horas que te marchaste y ya te extraño demasiado.”
Sonrío como un auténtico estúpido. El corazón se me acelera por un instante. Le doy a “responder”.
“Yo también te extraño gatita. ¿Luego te llamo vale? Te amo.”
Nunca me imaginé esto así, pensaba que al estar con alguien obviamente me sentiría, bien. Pero no como si tuviera una traca de fuegos artificiales dentro de mí. Miles de sentimientos que no puedo controlar, tanto que me llevan a veces, a un punto de obsesión.
-        ¿Estás listo?
-        Sí. – guardé mi teléfono móvil en mi bolsillo y me coloqué la guitarra en la espalda.

Desayunamos, antes de ir a la primera radio. Y una vez estando allí. Me comencé a sentir muy raro. Había gente que me conocía. ¿Pero de dónde? Me pregunté. Y Scooter me dijo que les había enseñado los vídeos que había subido la gente en mi primera actuación. También me dijo que habían subido nuevos videos cuando estuve en el teatro Avon. Todo esto era una locura. Había sucedido todo muy de repente. Casi sin darme tiempo a pararme a pensar.

-        Así que tú eres Justin Bieber. – me saludó un señor canoso de tez blanca.
-        Así es. – asentí y le tendí mi mano.
-        Encantado. Yo soy Jefferson Mcaller.
-        Lo mismo digo. – le sonreí.
-        Y esta es mi sobrina, Ruth.

Una chica morena de tez tan blanca como la suya me saludó algo tímida. La saludé de igual forma y miré a Scooter.

-        Bueno, ¿Y a dónde tenemos que ir?
-        Por allí. – dijo Jefferson. – En aquella sala que veis allí.
-        Muy bien. – dijo Scooter. – Nos vemos ahora.

Le miré y sonreí. Luego observé a la chica que me miraba algo curiosa. Le devolví la sonrisa y seguí caminando. Me acomodé la guitarra y suspiré, cuando Scooter abrió la gran puerta donde realmente iba a comenzar a evolucionar mi sueño, me sentí realizado conmigo mismo. No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. Quién no arriesga no gana. Eso dicen, ¿no? Dentro de poco descubriré si en este juego he ganado o si simplemente he sido uno más de los participantes. Trago saliva. Dos hombres que están al fondo se acercan a mí.

-        ¡Hey! – dijo uno de ellos chocándole la mano a Scooter. – Así que este es el famoso Justin Bieber, ¿no? – carcajeó. Yo curvé mis labios en una sonrisa algo extraña. ¿Tanto me conocían?
-        Así es. – asentí y le choqué la mano.
-        Vaya, vaya. – me observó de arriba abajo. Fruncí el ceño. – Tiene madera de chico malo. A las chicas seguro que las vuelves locas, ¿no? – carcajeó. – Tienes un buen estilo, ahora tendremos que ver tu voz.
-        ¿Pero no veníamos a una radio? – le susurré a Scooter cuando el tío extraño se dio la vuelta. Él soltó una pequeña risa.
-        Vamos anda.

Me elevé de hombros y le seguí con intriga. Entramos en una pequeña salita, como si fuera un estudio de grabación. Me quedé flipado. Siempre soñé con tener algo así, donde yo mismo pudiera crear mi propia música. Era una pasada. El tío extraño me dijo que entrara por una puerta, que me llevaba a otra sala, pero yo me quedaba dentro. Y ellos fuera. Un pequeño cristal separaba la sala. Creo que era una sala insonora. Me hicieron unos gestos y yo les seguí.

-        Bien, pues aquí tenemos a Justin Bieber que nos va a cantar uno de sus temas. ¿Cúal vas a cantarnos Justin?
-        Voy a cantar “One time”. – dije nervioso.
-        ¿Y en acústico, verdad?
-        Así es. – se me escapó una pequeña risa nerviosa.
-        Pues señoras y señores, con todos ustedes…¡Justin Bieber!

Tragué saliva al instante y en mi barriga comenzaron a crearse nervios y nervios. Y toneladas de nervios. Me mojé los labios. Coloqué mis dedos en los acordes y cerré los ojos. Sólo me escuchaba yo. Ya estaba tardando como 5 segundos en arrancar. Abrí los ojos y los vi observándome. Scooter me miró fijamente y un “Vamos, venga, vas a hacerlo bien” percibí en su mirada. Me relajé un poco. Y pensé en ella. Ella amaba esta canción. Me concentré. Me imaginé junto a ella en la playa. En nuestra playa. En Atlanta. A veces pienso que aquella playa debería tener nuestro nombre. Ahora mi vida eres tú. Todo lo que hago me recuerda a ti. Me desconcentro cuando recuerdo que te amo y te echo de menos cuando no escucho tu voz. Sueño despierto y la protagonista, es la misma con la cual pienso a todas horas. Ya he comenzado a cantar. Ya no tengo tanto miedo. Me siento más seguro. Sonrío cantando. Amo hacer esto. Me quiero dedicar a esto el resto de mi vida.

|| Narrador ||

Y lo que Justin no pudo escuchar, fue ese: “Me gusta. Además de tener estilo, tiene madera de artista. Este chico será un grande de la música”.

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3 comentarios

  1. ME ENCANTA! Soy nueva lectora,por así decirlo,en esta semana me he leido esta novela entera! SIgue con ella,eres muy buena,te sigo en twitter soy @YolandaMartinG

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  2. Me encanta cielo, tienes mucho talento
    Sigue por favor, me encanta soñar :)

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  3. Joooooooooooooooooder que novelza siguiente amor eres de lo meejor ;)L

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