Estos capítulos los he echo con muchísimo cariño, con mucho cuidado e intentando haceros meter lo máximo posible en el personaje para que lo podáis sentir mucho mejor de lo normal.

No os quiero dar muchos detalles porque quiero que sea mágico y no daros muchas pistas. Simplemente os digo, que cuando lo leáis, algunas me ponéis 'Siguiente' 'Next' o el número. Este creo que se merece mas bien una opinión. Quiero saber que es lo que os ha parecido ¿si? por fa, solo pido eso. Os quiero decir que me hace muy feliz cuando me decís 'Joder Euni, muchísimas gracias porque de un capítulo tuyo, puedo sacar un día mejor. Quizás a veces me encuentro mal y leyéndote, pues consigo evadirme de lo malo durante un instante, un segundo, una hora, horas o días, cuando estoy leyendo las cosas que escribes.' O también eso de 'Gracias por hacerme soñar'. Eso es lo mas bonito que me pueden decir. Porque se como se siente. Justin lo consigue conmigo y es toootalmente hermoso.

Daros las gracias una vez más por todos los infinitos comentarios, privados, menciones, textos, cartas, detalles y esas cosas tan lindas que me hacéis. Millones de gracias por tomaros un tantito de tiempo en mi.

¡BIENVENIDAS A LAS NUEVAS! Espero que os guste mucho mi historia.

Y eso..... ahí va.

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-Estás jugando sucio.
-¿Por qué? – volvió a preguntar con picardía.
-Porque estamos en clases. – respondí. – Aunque si quieres puedo echarlos a todos a fuera y hacértelo encima de la mesa.

Zas.
¡Qué euforia me entró tío! Me sumergí en tal estado de…vamos, que perdí hasta la noción del tiempo. El olor a frutas de su cabello penetró mis sentidos y la textura de sus labios me dejó atontado perdido. Pero lo mejor fue ver su cara al recibir mi respuesta. ‘Tierra, trágame’. Noté como se ruborizó e incluso os puedo asegurar que…le gustó.

-Es una oferta tentadora.

Me quedé completamente helado. Quería sacudirme las sensaciones que aún flotaban dentro de mí.

-¿Qué? ¿A ti no te parece tentadora? – me preguntó sin apartar su mirada.
-¿Sólo tentadora? - pregunté en una carcajada. Ella me silenció para luego besarme.
-___ Maslow, Justin Drew, guardar vuestro aprecio para más tarde.

La voz de Ben nos desconcertó. Rápidamente ___ se levantó de mi regazo y caminó hasta su asiento. Yo me mordí el labio inferior para no soltar una gran carcajada. Ben elevó una ceja observándome y yo me disculpé con la mirada.

-La señorita Bett no vendrá ya que le ha surgido una urgencia. Ya podéis iros.

Y desapareció por la puerta. Todos recogieron sus cosas y se marcharon de la clase. ___ estaba guardando sus libros cuando Jasmine se colocó delante de ella. Las observé desde mi asiento. Esto iba a ser divertido.

-Qué linda te ves hoy Jasmine, ¿Qué te has hecho? – preguntó ___ con sarcasmo.
-Mejor que no te acerques a mí desgraciada, o te prometo que llamaré a mi padre y te meterás en un buen lío.

___ se llevó la mano a la boca y simuló un rostro asombrado.
-¿En serio? ¿Tu papi me podría meter en un buen lío?
-No sabes en qué lío te podría meter Maslow.
-Oh. Bueno, entonces ándate tú con cuidado ¿sí? A sí ninguna tendremos problemas. – sonrió irónica y se levantó de su mesa. - No hablo en broma Villegas, mantente lejos de mí. – Jasmine apretó la mandíbula.

Se acercó a mí con un paso ligero y salimos de la clase. Nos acercamos a nuestras taquillas y dejamos nuestras cosas dentro para luego bajar al campus. Eran las doce y media y yo ya tenía un hambre increíble.

|| Narrador ||

Estuvieron alrededor de una hora y media en el campus. Habían ido a las canchas mientras los chicos se divertían con el skate. ___ y las chicas estaban sentadas en el suelo bajo la sombra conversando, riendo y mirándolos de vez en cuando. Pau, Ash y Mar fueron a por algo para tomar mientras que Anahí y ___ continuaban con su conversación.

-A veces Logan me pone demasiado nerviosa. – dijo Any observándolos. ___ rodó la mirada para clavarla en él que reía con Justin.
-¿Por qué?
-No lo sé. Tiene muchas amigas y eso me hace sentirme en alarma cada vez que le veo con alguna. Quizás sólo están conversando, no lo sé, pero yo me siento muy nerviosa.
-Esos son celos amiga. – ___ rió débilmente observando a Any. Ésta arrugó la nariz y ___ volvió la mirada hasta Logan.
-¿Justin también habla de chicas? – preguntó Any enarcando una ceja.
___ pensó unos segundos. Luego hizo una mueca y se encogió de hombros.
-No mucho, Justin es raro. Es…completamente bipolar. – rió un segundo para mirar a Any.
-Un poco sí. Como tú. – ___ la miró y elevó una ceja divertida. Any carcajeó.
-No…- dejó deslizar de su boca. Anahí la miró con interrogante mientras ___ miraba a Justin que ahora lanzaba su blusa sobre un muro. – Yo soy tal cual me ves. A mí me conoces. En cambio…a Justin crees conocerle. Pero cada día vas descubriendo más cosas sobre él.

Un pequeño suspiro se deslizó sobre sus labios sin poder evitar que una pequeña sonrisa se colora en su rostro. Unos pocos metros más lejos, los chicos reían mientras Justin hacía piruetas con el skate, cayéndose a cada tanto. Tropezaba y se volvía a subir, caía de nuevo y se levantaba. Testarudo y perseverante como solo él sabía ser, hasta conseguir lo que quería. De la misma forma que la había conseguido a ella.

Ashley, Pau y Mar volvieron con unas bebidas refrescantes, los chicos se acercaron y se sentaron en el suelo justo al lado de ellas, descansando durante un largo rato.

Se acercaba la hora del almuerzo. Todos fueron a cambiarse. Habían quedado para ir al comedor juntos.

|| Narra Justin ||

Abro el grifo de la ducha y me meto debajo del chorro. Agua fría. Apoyo el brazo contra la pared y empujo hasta intentar inútilmente echarla abajo. El agua rebota ahora más templada. Deposito un poco de champú sobre mi cabeza y luego recorro mi cuerpo acompañándome un ligero gel que se ha comprado Ryan. Inclino la cabeza hacia atrás, tengo la boca medio abierta y el agua cambia repentinamente de recorrido. Un pequeño río se desborda por mis ojos, mi nariz, mi boca, mis dientes y mi lengua. La escupo fuera, respirando. Salgo de la ducha. Me pongo un albornoz y me seco el pelo con la toalla azul que me han dejado sobre el lavamanos.

|| Narrador ||

___ se acababa de duchar y estaba terminando de prepararse para bajar a comer con las chicas cuando Justin golpeó la puerta y entró dentro de la habitación encontrándose a Ash envuelta en una toalla rosada.

-¡Justin! – gritó ésta.
-Lo siento, lo siento. – se disculpó el rubio volteándose rápidamente.
-¡Siempre haces lo mismo! – se quejó Ash en un tono alto. ___ bajó las escaleras y miró a Justin que miraba hacia la puerta carcajeando.
-¿Qué pasa? – preguntó ella riendo.
-Tu novio, que no sabe el significado de llamar a la puerta antes de entrar.
-Lo siento Ash, no te enfades. – dijo Justin caminando hasta Ash para darle un beso en la mejilla. Esta le empujó mientras él carcajeaba y ___ los observaba con una sonrisa traviesa en los labios.

Ash corrió escaleras arriba, para continuar preparándose.

|| Narra Justin ||

-___. – susurré.
-¿Qué? – rió extrañada. Casi nunca la llamo por su nombre. Me hizo gracia su expresión. Me acerqué lo suficiente como para agarrarla de la cintura y acércame a su oído.
-¿Qué tal si nos escapamos? – susurré. Ella estuvo unos segundos en silencio.
-Per…
-Anda gatita, vamos. – curvé mis labios dejando salir una sonrisa. Con su mirada clavada en mí, comenzó a sonreír lentamente.
-Está bien. – susurró esta vez ella. – Vamos. – tiró de mi mano con rudeza.

|| Narrador ||

No tan solo se estaban arriesgando con los exámenes si no que también corrían peligro de que les vieran salir de la universidad.

-Oye…- le dijo ella mientras trataban de escaparse. - ¿Dónde estabas anoche?
-Haciendo una cosa. – dijo él un tanto serio. Ella frunció el ceño y él tiro de su mano haciendo que los pensamientos de ___ se marcharan volando.

Salieron corriendo por los arboles que cubrían todo los alrededores de la universidad y llegaron a un punto…que conocían bastante bien.

-¿En moto? – preguntó ella haciendo una mueca. Él la miró y curvó sus labios. – Vale, vale, está bien. – carcajeó ___.

Justin se sube en la moto e introduce la llave para acelerar dos veces, luego ella se apoya en su hombro y logra montarse. Acelera rápido, para luego desaparecer de los alrededores. Como diría Mario Casas en estas circunstancias: a 200 kilómetros por hora, a toda hostia. Extrañaban esa sensación. La última vez que montaron en ella, se odiaban incontrolablemente. O eso pensaban ellos.

-¡Extiende tus manos, siente el aire! – grita Justin con la mirada clavada en la carretera.
-¿¿Estás loco?? – gritó esta vez ella.
-¡Hazme caso, te va a gustar!