• Desafío al corazón. Capítulo {62}

13:56

Te giras hacia mí y me das un beso en la mejilla y de repente, escuchamos el estúpido sonido de la sirena.
-Yo no quiero irme. – me agarra fuerte de la mano y yo suelto una pequeña risa.
-Vamos anda, no quiero que nos vuelvan a regañar. – le digo sacudiéndome las piernas.
-Qué más da, que nos regañen.
Tira de mí haciendo que vuelva a caer al suelo. Le miro y elevo una ceja. Él suspira resignado y me ayuda a levantar. Le doy un beso en la mejilla y corremos hasta el círculo. Todos están cubiertos de pintura y Ben nos mira con una sonrisa divertida. Aparecen Liam y Jasmine, peleando. Ella con esa voz chillona y él burlándose de ella. Jasmine está cubierta de pintura de pies a cabeza y él también. Suelto una leve risa y Justin me mira apretando los dientes para no carcajear.
-¡Bien chicos! Ya veo que os lo tomasteis en serio. – Ben nos echó un vistazo a todos con su mirada mientras sonreía.
-Dejar las pistolas en su sitio y sentaros por aquí.
Todos dejamos nuestras camisas ‘blancas’ una encima de otra y nos sentamos alrededor del círculo observándole atentamente. Él miró hacia Hudson, agitó el cabello y nos miró. Ben la verdad que era un tío bastante atractivo, además era simpático y se le veía buena persona. Nunca supimos si tenía pareja o no, pero siempre vimos la complicidad que tenía con Hudson. Un pequeño ‘fiu fiu’ salió de la boca de algunos al ver como ella se había ruborizado. Reí levemente y miré hacia Justin que observaba a Janelle con algo de descaro. Luego la observé a ella y noté como también le estaba mirando. Algo se tensó. Pensar que se estaban mirando mutuamente no me dio tanto miedo como la segunda luz que me vino a la cabeza al recordar que ellos dos habían estado juntos. Y más de una vez. Eso sí que era peligroso. Justin giró su cabeza y me miró. Le miré directamente a los ojos y luego quité mi mirada.
-¿Lo ves como eres una celosa gatita? – me dijo al oído.
Sentí su mano en mi muslo y cambié mi posición, luego sentí una pequeña risa por su parte. Luchando para no hacerle caso, presté atención a Ben. Decía que nos fuéramos a duchar quienes quisiéramos para luego reunirnos en el comedor para tomar nuestro almuerzo. Me levanté con la misma, sin dirigirle la palabra y me enganché de la mano de Anahí. Dejándole a él con la palabra en la boca. Subimos a nuestras cabañas y se tiraron en sus camas. Yo escalé hasta llegar a la mía.
-Estoy muerta. – dijo Ash con las brazos abiertos sobre la cama. Yo carcajeé.
-¿Contra quién luchaste? – pregunté.
-Chaz.
-Uhhhhhh. – dijimos las tres a la vez. Ashley nos miró con cara de pocos amigos.- ¿Y qué tal?
-Bien. – dijo con cara de enamorada. Miré con una cara cómplice Any.
-¿Qué pasó?
-Nada. – Ash sonrió y se sentó en la cama. – ¡Qué os pasa!
-Que te conocemos. Cuéntalo ya. – carcajeó Pau.
-¿Tanto se me nota? – rió esta vez ella.
-Mucho. – dije esta vez yo. Ella curvó sus labios.
-Bueno…
-¡Ashley!
-Vale, vale. – carcajeó ella. – Estábamos jugando y en una de esas él me tenía acorralada contra un árbol, yo me puse muy nerviosa. Le disparé como tres veces y en una de ellas la pintura le rozó la cara. Me miró y se acercó a mí. Me dijo algo como ‘No te aguanto’ y yo le dije ‘Yo tampoco’ luego nos quedamos como enganchando de nuestras miradas y él dirigió lentamente su mirada a mis labios.
-¡Aw, esto me trae tantos recuerdos! ¡Sigue! – dije.
-Yo por inercia hice lo mismo, hasta que sin darme cuenta ya nos estábamos besando. – sonrió al decir esto último.
-¡Por fin! – dijimos las tres al unísono. Ash sonrió tímidamente.
-¿Qué tal besa? – le dijo Anahí divertida.
-Bien…muy bien. – carcajeó.
-Que guay. – dijo Pau. – Me alegro mucho por ti.
-Gracias chicas. – sonrió.
-Chicas, tengo un problema. – dije esta vez yo tumbándome.
-¿Qué pasa?
-Antes vi a Justin mirando a Janelle. Recordé tiempo atrás y…
-¿Y…?
-Que me puse muy celosa.
-Es normal ___. – dijo Any. – Es lógico que te pongas celosa si ves a tu novio mirando a otra. – rió.
-Ya, pero me da miedo cagarla por mis celos.
-¿Cagarla por qué?
-Porque yo me conozco. Justin y yo somos de carácter muy fuerte y como esto me pase una vez más, boom.
-¿Boom? – me imitó Pau riendo. Curvé mis labios.
-Exploto.
-No te precipites, eso es normal.
-¿Me rayo mucho verdad? – carcajeé.
-No, mujer…que va. – dijo Ash irónicamente. Yo elevé una ceja y le tiré el cojín.
-Vamos a ducharnos anda. - dijeron las chicas.
-Yo me voy a quedar aquí. Quiero hacer unas cuantas fotos.
-¿Fotos? – fruncieron el ceño.
-Sí, hace mucho que no me entretengo con lo que me gusta.
-Está bien, no te vayas lejos.
-No. – carcajeé. – Vayan tranquilas, yo voy luego. – sonreí.
-Vale. Vamos.
Las chicas se fueron a las duchas y yo saqué la cámara de la funda. Me tiré en la cama de Any, pasando las fotos. No había formateado la cámara desde que me la compraron los abuelos, a veces pasaba al ordenador las fotos que me sacaba pero siempre dejaba las de mamá, alguna de papá, de mis paisajes, fotos imprevistas y fotos mías. Sigo pasando fotos, sonriendo y añorando momentos. Echo mucho en falta a mi madre. Hace casi seis meses que no la veo. Solamente conversaciones por teléfono. Ella sabe todo lo de mi cambio. Le envié unas cuantas fotos por correo, me dijo que estaba hermosa y bueno, lo típico que dicen las madres. No sé si os podéis hacer una idea de cuánto la extraño. Abrazarla, darle un beso, el típico ‘hasta mañana mamá’ y el beso de buenas noches que siempre me daba. El típico ‘¡___, ponte las zapatillas!’ o el olor a café en las mañanas de invierno.
Suspiré y me puse en pie. Me enganché la cámara en el cuello y me puse los zapatos. Salí de la cabaña y comencé a caminar bajo los altos pinos. Fotografié casi todos los rincones. Caminé hasta llegar al río, donde hacía poco tiempo había estado con Justin. Capté fotos en todas las perspectivas, disfrutaba haciendo esto. Amaba hacer esto. Me senté en una roca, un pequeño pajarito bebía agua, me acerqué a él y logré sacarle alguna que otra foto, pero salió volando en el momento que me acerqué demasiado. El ruido de unas hojas me asustó y volteé rápidamente, pero no había nadie. Creo que me estaba empezando a obsesionar.
Caminé a paso lento hasta llegar de nuevo a mi cabaña. Se habían ido volando dos horas y media. Dejé la cámara sobre mi cama, cogí ropa limpia y corrí hasta las duchas. Aún estaban las chicas.
-¿Qué hacéis aún aquí? – pregunté boquiabierta.
-Había mucha gente antes. Nos hemos quedado aquí hablando y no nos hemos duchado. – carcajeó Ash.
-Madre mía. – reí esta vez yo. – Yo voy a ducharme ya.
-Sí, nosotras también.
|| Narrador ||
Cada una entró en una ducha, algo incomodas por cierto y se comenzaron a duchar.
Por otro lado, tenemos a la morena. Jasmine. Corría junto con Janelle y Ruth. Otra de las chicas de ‘su grupito’ hacia la cabaña de las chicas.
-Abre la puerta. – le ordenó Jasmine a Janelle.
-¿Qué? ¡No se abrir una puerta, por quien me tomas!
-Eres una inútil. – la insultó la morena. Janelle frunció el ceño.
-¿Se puede saber que vas a hacer? – preguntó.
-Divertirme un poco. – carcajeó Jasmine. Dirigió la mirada al suelo y vio un cristal resplandeciente. Elevó una ceja y luego sonrió. – Vengan.
-¿A dónde van?
-Les he dicho que vengan. – subió el tono de su voz. Ruth carraspeó y Janelle la siguió como corderito. Forcejeó con la ventana de la cabaña de ___ y las chicas para intentar abrirla pero era imposible, estaban muy duras. Soltó un pequeño grito de furia.
-¡Vigilar que no venga nadie!
-Jasmine, mejor dej…- Janelle tiró del brazo de Ruth. Esta soltó un pequeño quejido y suspiró resignada. Observando hacia abajo por si venía alguien.
-Venga, rápido. – les ordenó.
Jasmine golpeó el cristal y este calló en mil pedazos.
-Genial. – susurró sonriendo. Miró a Janelle.
-Ayúdame.
Con la ayuda de la rubia, Jasmine consiguió entrar en la cabaña por la ventana medianamente pequeña. Ella era lo suficientemente delgada como para entrar allí. Curvó sus labios al ver como estaba totalmente colocado y limpio. Intentó averiguar cuál era la cama de ___, hasta que vio su cámara sobre la cama. Con una sonrisa maligna, trepó por la pequeña escalera de la litera y cogió la cámara en sus manos. Giró la pequeña ruedita y un ON apareció en pantalla. Observó las fotos y frunció el ceño al ver la cantidad de fotos que había dentro.
-Que idiota. Le saca fotos a los pájaros. – carcajeó.
-Jasmine, corre. – susurró Janelle desde la ventana. Esta la miró y dejó escapar un ‘Agg’ de sus labios.
-Vigila a la estúpida de Ruth.
-No tardes joder.
Jasmine cogió la cámara en sus manos y luego esbozó una sonrisa peligrosa. Demasiado peligrosa. Y sin el mero sentimiento, lanzó la cámara al suelo con todas las fuerzas del mundo y la pisoteó como diez veces con fuerza. El cristal de la pequeña pantalla se fundió en miles de cristalitos sobre el suelo y logró casi romperla al completo. Con una última carcajada se acercó a la ventana y Janelle la ayudó a salir.
-Creo que te has pasado. – le dijo la rubia.
-Venga, ella me robó a mi novio. – se defendió la morena.
-No era tu novio. También se acostaba conmigo. – dijo Janelle.
-¿¡Qué!?
-Lo que escuchas. – carcajeó. – También se acostaba conmigo.
-Corran chicas, vamos, vienen ahí. – les gritó Ruth.

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