• Desafío al corazón. Capítulo {60}

13:54

-¿Sabes Justin? Tienes algo y no sé que es, aún no lo puedo descifrar. Pero alteras mis sentidos.
-El corazón tiene razones que el corazón desconoce gatita.
-Ya lo creo. – reí rompiendo la distancia hasta tocar sus labios.
-Oye ___. – me separé de sus labios atrapando oxigeno. Él reía.
-¿Qué? – reí esta vez yo observándole.
-Baja.
-¿A dónde? – fruncí el ceño.
-De mí. – carcajeó aún más fuerte.
-¿Qué te pasa? – pregunté echándome a un lado. Él no paraba de reír. Dirigí mi mirada hacia su entrepierna y volví a mirarle rápidamente a la cara. - ¡Justin!
Me bajé por la escalera de la litera y me quedé de pie mirando como él no paraba de reír. Me sentí contagiada y mientras reía, él me tiró un cojín.
-¡No me culpes! – se defendió riendo. - ¡Tú eres la culpable!
Le volví a lanzar el cojín y éste lo cogió en el aire para dejarlo en la cama. Se viró hacia un lado y bajó de la litera abrochándose el último botón del vaquero. Con los brazos en jarras mordí mi labio inferior, él agitó su cabello y se acercó a mí abriendo sus brazos. Di un paso hacia atrás y él hizo un puchero mientras aún tenía sus brazos abiertos. Elevé una ceja y puso un rostro triste. Se me escapó una pequeña risa y me acerqué a él fundiéndonos en un gran abrazo. Se fue alejando poco a poco, quedándose a centímetros de mis labios. Sintiendo el ligero cosquilleo de su respiración sobre mi boca.
Colocó su mano izquierda en mi mejilla mientras con el dedo pulgar me hacia leves caricias. Cerré los ojos un instante para luego volver abrirlos. Me sonrió de esa forma tan suya y se acercó lentamente regalándome un beso mojado, suave y sumamente lento. Respondiéndole, me puse de puntillas y enganché mis brazos en su cuello. Mordí su labio inferior con picardía y él soltó un leve quejido dentro de mi boca. Reí sobre sus labios mientras él me conducía con leves pasos hacia atrás, chocando por fin con la pared de la cabaña. Rió de nuevo en mi boca mientras me acariciaba la espalda con su mano derecha. Abandonó mis labios besando esta vez mi mejilla, bajando hasta mi clavícula. Abrí los ojos un segundo mientras él se encontraba mordisqueando y besando mi cuello.
-No te pases. – dije levantándole levemente el rostro. Justin elevó una ceja divertida y entreabrió los labios para reprocharme.
Pero no le dio tiempo, porque esta vez fui yo la que le robé un beso de infarto.
Al cerrar los ojos escuché el ligero sonido de los arboles mezclado del 'bum bum'. El sonido acelerado de mi corazón y su respiración entrecortada. Me separé poquito a poco y me quedé observándolo. Sus labios habían adquirido unos cuantos milímetros más de grosor y estaban completamente rojos.
-Me gustan estas arrugas que te salen junto a los ojos cuando sonríes.
-¿Sí? – abrí mucho mi boca sonriendo lo máximo que podía, mientras mis ojos se cerraban. Él carcajeó y yo dejé de hacer la tonta dando paso a una sonrisa. Escuchamos el ruido chirriante de la puerta de la cabaña y miramos hacia la puerta.
-¡Hola Miami! – gritó Ryan abriendo los brazos.
-¿Qué dices? – carcajeé observándolo. Justin soltó una gran carcajada.
-Siempre me hizo ilusión decirlo. – carcajeó ésta vez él tirándose en su cama.
-¿Qué hacían? – preguntó con los brazos sobre su nuca. Justin y yo nos miramos. - ¡No! – se levantó rápidamente. - ¿En mi cama no…. verdad?
-Imbécil. – le empujé riendo. Él carcajeó y se volvió a recostar en su cama. Me miró.
-Joder ___, lo que has cambiado. – dijo observándome. Justin se aclaró la garganta. Yo elevé una ceja.
-Sí, es decir, antes eras…- puso una expresión de horror. – Y ahora eres…
-Deja de mirar así a mi novia imbécil. – Justin le tiró un cojín, Ryan carcajeó y yo morí de vergüenza.
-Bueno me voy. – me acerqué a la puerta y miré hacia atrás. – No se olviden que tenemos que bajar a las nueve al círculo.
-¿Qué circulo? – preguntó Ryan con el ceño fruncido. Yo reía mientras negaba con la cabeza.
-Tío, tú no tienes remedio. – otro cojín calló sobre la cabeza de Ryan ahora con más velocidad. Cerré la puerta carcajeando.
|| Narrador ||
Ocho y media de la mañana. Ben se dirige a las cabañas de los chicos, es hora de comenzar el día. Por otra parte, Hudson hace lo mismo, dirigiéndose a las cabañas de las chicas. Todos descansan, el sueño les está sabiendo a gloria. Pero la gloria, les durará poco.
-¡Arriba!
Ben golpea las puertas de Justin, Ryan, Chaz y Logan. El primero en sobarse los ojos es Logan, siguiéndole Chaz terminando por Justin y Ryan. Ben sigue despertando a los demás chicos que se encuentran en sus respectivas cabañas. Adormilado, Logan se pone en pie y se estira, logrando tronar alguno de sus músculos. La señorita Hudson, hace el mismo recorrido. Primero da tres toques en la puerta de la cabaña de Jasmine y compañía y luego se dirige hacia donde se encuentra Anahí, Pau, Ashley y ___.
-¡Vamos chicas!
___ gruñe por lo bajo. Anahí sigue durmiendo y Pau bosteza sonoramente. Ash abre los ojos lentamente y se queda boca arriba. ___ vuelve a bostezar y se gira para coger su pequeño reloj.
-¿Qué? ¡Son las ocho y media de la mañana!
-Y ya tenemos que despertar. – dijo Ash poniéndose en pie.
-¿Están locos? – ___ subió la manta y volvió a arroparse en la cama.
-Vamos ___, tampoco es tan tarde.
-Nos acostamos a las cuatro de la mañana.
-No seas floja. – carcajeó Pau poniéndose unos pantalones.
-¡Ahhh! – gritó ella riendo.
Se sentó en la cama y se estiró mientras bostezaba. Se llevó las manos al rostro y suspiró. Miró hacia abajo. Todas la miraban riendo, lanzó un cojín y bajó por la escalera dando un saltito cuando llegó al penúltimo. Entre risas se prepararon, casi media hora en ello. Recogieron un poco la cabaña y bajaron al círculo. Casi todos estaban ya allí. Buscó a Justin y a los chicos, pero aún no habían llegado. Se sentaron en un muro mientras conversaban. ___ de repente sintió unas manos en su rostro. Justin las despejó y se giró sonriendo.
-Hola bonito. – dijo depositando un corto beso en sus labios.
Se sentaron todos juntos mientras conversaban y analizaban el día de hoy. Por costumbre, el segundo día en el campamento solía ser el ‘día divertido’. Ben y Hudson los reunieron en el centro y después de un breve dialogo, fueron al comedor. Allí tomaron su desayuno. Después de esto, todos se quedaron en sitios distintos del campamento. Algunos decidieron ir a la casa de juegos, donde estaba el billar y el ping pon. Y los más típicos: parchís y juegos de cartas. Los más perezosos decidieron ir a sus cabañas a dormir hasta el aviso y otros como nuestros verdaderos protagonistas, decidieron quedarse en los bancos de piedra que estaban un poco más alejados de las cabañas. Rodeados de arboles y naturaleza. Ryan, Mar, Anahí, Logan, Chaz, Ash, Pau y Chris, y como no, Justin y ___. Conversando, riendo, contando experiencias, chistes, risas, robándose besos, conociéndose aún más. Pasaron casi dos horas. El ruido de una sirena les asustó. Era el comienzo del juego de hoy.
Con el ritmo acelerado corrieron hasta el circulo, allí estaban ya todos esperándolos. Ben les dedicó una mirada de pocos amigos. Los chicos entre gestos se disculparon y se sentaron en el suelo.
-Bien chicos, ¿Qué creéis que haremos hoy? – preguntó sonriendo.
-¡Escalar! – dijo Liam.
-No. – negó Ben. Todos rieron. Liam frunció el ceño.
-¿Jugar? – dijo Janelle.
-¡Muy bien Janelle! – aplaudió Ben. De repente, se originó algo muy extraño. Todos nos unimos a sus aplausos y ella no parecía nada contenta.
-¡Qué inteligente eres Janelle! – gritó Ryan intensificando el aplauso. Todos carcajeamos. Incluso Hudson, que para hacerla reír a ella, era algo complicado. Un completo logro.
-Sois todos unos estúpidos.
-Muchas gracias. – dijo Ben observándola mientras reía. Ella giró su cabeza y la apoyó en el hombro de Jasmine.
-Hoy, jugaremos a algo muy divertido. Tendréis unas pistolas y unos cubos. En ellos, habrá pintura.
-¡Qué guay! – gritó Pau. Ben carcajeó.
-Tendréis que ir a por uno de vuestros compañeros. Cada uno, tendrá un color distinto. El juego consiste en:
1.Buscar a uno de vuestros compañeros.
2.Cuando le tengáis localizado, intentar dispararle con esa pintura.
3.Para dispararle tendréis que cargar la pistola en el cubo que llevaréis.
4.Si uno de vosotros localiza a un compañero pero ve que ya está luchando contra otro, no podéis ir a por ese. Tendréis que ir en busca de otro.
5.Os podéis esconder. Excepto dentro de las cabañas, comedor, baños…
6.Cada cubo, irá con un color distinto. Cuando carguéis vuestras pistolas lo tendréis que dejar en el suelo y correr, olvidaros del cubo. Si veis que se os está acabando la pintura que tenéis en la pistola, debéis correr e ir en busca de algún otro cubo de otro color que encontréis de otros compañeros.
7.El juego terminará cuando suene la sirena.
8.Tendréis que venir aquí, al círculo, como siempre.
9.Este juego consiste en divertirse. Nadie será ganador.
10. Y la más importante: ¡No pintura a los ojos ni a la boca! ¡No peleas femeninas! ¡Sólo jueguen, no se maten!
-¡Me encanta! – dijo Anahí.
Todos se pusieron en pie. Era un juego súper divertido.
-Pónganse esto. – Ben sacó unas blusas blancas que nos llegaban casi por las rodillas. – Aunque esta pintura no mancha la ropa, pero para prevenir.
|| Narra ___ ||
Cogimos nuestras blusas y nos las pusimos. Ben nos llevó hasta el bosque y nos puso en fila. Sopló con fuerza un silbato y todos corrimos para escondernos. Después de unos 15 minutos, sonó la fuerte alarma. Ya todos tendríamos que estar escondidos. Yo me refugié en un sitio bastante extraño la verdad. Era como una pequeñita zanja de piedras rodeada de arboles. Este juego me encantaba. Observé a mí alrededor, no había nadie. Pero de repente, escuché el sonido de unas hojas. No sé por qué, pero me comencé a poner nerviosa. Metí la pistola en el cubo y la cargué. Dejé el cubo a un lado, dejándolo visible para el próximo que lo necesitara. Los pasos se escuchaban cada vez más cerca. Mi corazón comenzó a ir rápido. La emoción del juego estaba resultando bastante grande. Estuve unos segundos en silencio, pero no se volvió a escuchar mas nada. Salí con cuidado de allí y eché a correr con fuerza, escondiéndome detrás de un árbol al parar. Miré a mis alrededores, no había nadie. Volví a correr un poco más y me giré en seco, al volver a escuchar esas pisadas. Nadie. Corrí más, me comenzaba ya a faltar el aire y me escondí tras unas rocas. Un pajarito salió volando de su nido. Llené mis pulmones de aire y tomé camino de nuevo, esta vez no corriendo tan rápido. Pero fue en vano. Porque sentí como se me mojaba la espalda y unas manos me tapaban los ojos.
-Hola gatita. – me susurró con voz ronca. - te encontré.
-¡Justin! – me giré rápidamente y carcajeando le disparé. Me encantó que fuera él con el que tendría que luchar. Justin se miró la ropa y elevó su mirada hasta mí, quedándose unos segundos observándome. Luego elevó la ceja y yo eché a correr mientras reía.
-¡Te voy a alcanzar! – gritó.
Salté una pequeña piedra que había en el camino y vi un cubo a mi lado lleno de color naranja. Me giré para ver por dónde estaba, a tan solo cinco metros. No me daría tiempo. Corrí un poco más pero necesitaba descansar un poco. Él avanzó lo suficiente como para alcanzarme y me disparó de nuevo en la espalda y creo que un poco en el cabello. Me giré y le apunté llenándole de nuevo la parte delantera. Yo no paraba de reír, era imposible. Él se acercó y me llenó de pintura, no tanto como él estaba, pero si estaba bastante lleno.
-¡Eso no se vale! – le grité riendo mientras me agarraba de la mano.
-¡Aquí todo vale! – me respondió riendo sin dejar de dispararme.
Me logré zafar de su agarre y eché a correr. Me encontré con Jasmine y Liam, estaban discutiendo. Ella tenía todo el cabello manchado de azul y le estaba reprochando, casi llorando. Reí corriendo y me escondí lejos de todos tras de un árbol. Miré hacia atrás, pero no vi a Justin. Mierda.
Aproveché para llenar la pistola de un color morado. Y caminando casi, observando a mí alrededor, buscándolo, no le vi.
-¿Jus? – pregunté en un susurro.

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