• Desafío al corazón. Capítulo {59}

13:16

Todos echamos a correr en busca de los sobres. Se me cruzaban por el medio y me impedían seguir corriendo. Corrí dentro de unos altos pinos, por allí no había nadie del grupo. Estaba algo agotada de correr y paré para coger aire. Miré por los alrededores. Observé a Justin un poco más lejos corriendo y reí levemente. Seguí corriendo y me llamó la atención una rama de un árbol. Fruncí mis ojos, había algo brillante allí. ¡Era un sobre! Sonreí y me froté las manos. Bien. A ver como cojones subía allí. Arrastré una piedra hasta el árbol y me subí encima, me lastimé un poco el brazo, pero eso era lo de menos. Con unos leves saltitos, coloqué mi piernas sobre el árbol y me impulsé hasta arriba, conseguí subirme. Elevé mi mano izquierda mientras me agarraba con la otra y conseguí cogerlo.
-¡Bien! – grité y perdí un poco el equilibrio. Me aferré al árbol con fuerza.
Bajé el pie e intenté tocar la piedra, pero no llegaba. Se me estaba comenzando a agotar la paciencia. Después de unos diez minutos, aún seguía en el árbol intentando bajar. Sentí unos pasos.
-¡Hey! – grité.
-¿___? – dijo una voz masculina. Giré un poco mi cabeza y era Liam. - ¡¿Qué haces ahí?!
-El mono. – bromeé con ironía. – Había un sobre.
-¿Te ayudo a bajar? – dijo riendo.
-No. Gracias.
-Anda venga, - elevó su mano. La observé un segundo y volví a dirigir la mirada hasta él. – Venga. – rió de nuevo.
-No, yo puedo bajar sola. Adiós.
-¿Aún sigues enfadada conmigo? – carcajeó.
-¿Eres gilipollas Liam?
-Uf, me encanta que me insultes Maslow. Me encanta cuando te pones así.
-Entonces debo decirte que tienes un ligero problema con tu vida.
Liam carcajeó fuertemente y observó nuestro alrededor. Luego volvió a mirarme y se subió a la piedra cediéndome su mano. Yo bufé. No había otra forma. Cogí su mano y el tiró fuertemente de mí haciendo que cayera justo encima. Rápidamente me levanté y él tiro de mi mano fuertemente acercándome a su cuerpo. Le empujé fuertemente.
-Como te atrevas a ponerme un solo dedo encima, juro que esta vez te vas a pudrir en la mierda Liam. – le advertí señalándole.
Él rió sacudiéndose los pantalones y se puso serio de repente. Juro que sentí una pizca de miedo. Salí corriendo de allí hasta llegar donde estaba Ben, mi respiración iba demasiado rápido. Me senté en una roca y le entregué el sobre.
-Que rápido ___. ¿Estás bien? Podías hacerlo despacio, no había tiempo. – dijo observándome.
-Sí, solo estoy un poco cansada. – cogí oxigeno y volví a expirar.
Me puse en pie y caminé hasta las maquinas. Introduje un euro y saqué una botella de agua. Si Justin me hubiese visto con Liam se hubiera puesto demasiado celoso. Aunque tampoco habría un por qué. Bueno tal vez sí. El simple hecho de que me encuentre cerca suya ya le repatea. Abrí la tapa y tomé agua. Sentí como mi interior se tomaba un descanso. Me senté a descansar mientras comenzaban a llegar los demás. Le vi al final, corriendo y sin blusa. Elevé una ceja observándole. Las huecas le observaban baboseando. Presioné la mandíbula. Justin pegó un salto y le entregó el sobre a Ben. Ben le dijo algo que no logré escuchar y él carcajeó fuertemente agitando su cabello. Riendo giró la mirada hasta mi lado y logró verme. Depositó dos palmadas en su espalda y vino hacia donde yo estaba.
-¿Terminaste hace mucho? – preguntó sonriendo. Dio un salto y se sentó a mi lado en el muro.
-Un poquito. – sonreí apoyando mi cabeza en su hombro.
-Que calor. – dijo sofocado. Me alejé de su hombro y sonreí observándolo. Él frunció el ceño mientras sonreía.
-¿Qué miras?
-A ti.
-¿A mí? – carcajeó y me dio un besito en la mejilla.
-Sí. – sonreí.
-¿Por qué?
-Porque sí, eres mi novio, ¿Acaso no te puedo mirar? – carcajeé. El me miró atento y me robó un beso fugaz. Luego se quedó observándome.
-¿Qué? – se me escapó una leve risa apenas inaudible. Él retiró un mechón de pelo de mi rostro y lo escondió tras de mi oreja, mientras me miraba atentamente a los ojos y sus labios se iban curvando, sonriéndome de esa forma tan suya. Debería ser un pecado esa sonrisa que te corta hasta la respiración.
-Nada.
-Tonto. – sonreí apoyándome de nuevo en su hombro. Nos quedamos en silencio unos segundos.
-¿Subimos? – preguntó.
-Vale. – di un saltito bajando del muro. Él me imitó y cogió mi mano poniéndose la blusa en el hombro.
Caminamos cuesta arriba mientras él me rodea por la espalda y me hace cosquillas en el cuello. Adoro estar así con él. Viajo en el tiempo y me pongo algunos meses atrás y me sorprende como ha cambiado nuestra historia. Cada vez que le miro es como si me llevara a lo más alto. Si es que tiene un ‘noséqué’ en ‘nosédonde’ que le hace ver ‘nosécomo’ que yo qué sé, pero me encanta.
-¿Qué perfume te echaste hoy? – carcajeó en mi cuello.
-Adivínalo.
-Hmmm…- olió mi cuello e incluso lo besó para luego alejarse. – el de siempre.
-Sí. – carcajeé y corrí hacia su cabaña. Logan y Anahí estaban sentados en el pequeño asiento de madera.
-Hola, hola tortolitos. – Justin volvió a tomarme por la cintura. - ¿Qué hacéis?
-Pues nada. – carcajearon sonrojados.
-Oh Justin , les cortamos el royo. – dije en su susurro. Any me dedicó una mirada de pocos amigos y yo reí.
-Ven. – tiré de la mano de Justin y éste cerró la puerta de la cabaña.
-¿Cúal es la tuya? – pregunté dirigiendo mi mirada a las cuatro camas.
-Esa. – señaló una litera, la de él era la de arriba.
Lo miré y subí por la escalera hasta quedarme en su cama. Me acosté en ella y cerré los ojos. No tardó mucho en subir él y acostarse a mi lado.
-¿Qué te pasa? – dijo estrechándome en sus brazos. Coloqué mi cabeza en su pecho.
-Estoy cansada.
Y no recuerdo mucho más. Me comenzó a hacer caricias en mi brazo y el mundo se comenzaba a desenfocar muy rápido. Hasta que de repente, todo se volvió oscuro y pude verle dentro de mis sueños. Sus caricias sobre mi piel me hacen relajarme y avanzar. En mi cabeza se cuelan pequeñas diapositivas del pasado. Los malos recuerdos. Recuerdo mi respiración entrecortada y mi pulso acelerándose sobre el calor de Justin.
• << FlashBack >>
-¡Hola! – dijo una chica de cabello largo y oscuro. La observé un segundo para luego dedicarle una de aquellas sonrisas tristes. Ella me observó y se sentó a mi lado. Yo acababa de llegar a la residencia.
-Hola. – dije a penas en un susurro.
-¿Cómo te llamas? – me preguntó.
-___. ___ Maslow.
-Ah. – dijo observándome. - ¿Estás bien? – me preguntó.
-Si estuviera bien no estaría aquí.
Me levanté y caminé por el largo pasillo, encontrándome con algunos chicos de mi edad llorando en algunas esquinas. Mi corazón tomó impulso y seguí caminando hasta llegar a mi habitación. Si es que aquello se podía llamar así. Los días se me hacían largos, pesados, tristes. Oscuros. Y sin ningún cambio. Uno de los días, me tocó a mí estar en una esquina del pasillo. Mamá me había llamado y me había dicho que no podía venir a verme por su trabajo. Aún me dolían las muñecas e incluso pensaba que también me había cortado el corazón. Un chico, rubio, se sentó a mi lado.
-¿Estás bien? – me preguntó. Pensé la pregunta unas cuantas veces. ‘Si estuviera bien, no estaría aquí’. Pero también pensé que si él no estuviera mal, tampoco estaría a mi lado.
-No.
-Yo tampoco.
-¿Cómo te llamas? – pregunté. Él me miró un instante y volvió su mirada al frente.
-David. ¿Y tú?
-___.
-Encantado ___. – dijo a penas en un susurro.
Y no hubo más. Quizás parezca absurdo pero, me hizo sentir bien. Quizás también parezca egoísta, pero me alegré de no ser la única persona que se sentía echa una mierda.
Los días pasaron y mi amistad con David fue creciendo. Tanto, que David fue mi primer chico. Sí, ese, el del primer beso. Del que ustedes sabéis, pero no conocíais la historia. Pero era un cariño de niños. Siempre me he preguntado donde estará ahora, no porque quiera estar con él ni nada por el estilo, de hecho no cambiaría a Justin por nadie. Pero, ¿Qué habrá sido de él? ¿Se habría recuperado?
-No veo. – carcajeé. Él me había quitado las gafas.
-Acércate. – me dijo a penas en un susurro.
Y me acerqué. Y ahí surgió el primer beso de mi vida. Puro. Mi primer roce de labios.
• <<Fin del FlashBack>>
-¡¡Te he dicho que no salgas de tu maldita habitación!! – gritó papá tirándome del pelo.
Otra vez. Otra. Sentí como alguien me movía.
-¿___? – escuché un susurro. Apreté los ojos. – Gatita que tienes. – Justin me arropó aún más y me acercó a su cuerpo. Abrí los ojos lentamente. Y comprobé como una vez más, que estaba llorando en sueños. Me limpié la lágrima con mi puño y le abracé, sintiendo cerca su corazón.
-¿Estás bien? – me preguntó en un hilo de voz.
-Abrázame.
-¿Otra vez él?
-Tú sólo abrázame por favor.
Puedes sacar perfectamente aquella sonrisa que sacaste en el pasado, sólo necesitas la ayuda de alguien que sepa crearla, que te ayude a crearlaCon un leve movimiento, elevé mi cabeza y lo miré. Él me miro serio unos instantes y luego curvó sus labios dejándome ver sus dientes resplandecientes. Le sonreí y lentamente me acerqué a él dándole un beso mojado en los labios. Él me correspondió el beso y me abrazó con fuerza, besando esta vez mi mejilla.
-¿Mejor?
-Sí. Mucho mejor. – se me escapó una leve risa, casi insonora y me giré. Dejé caer mi cabeza en su almohada y me quedé observando el techo de madera. Él se giró y pasó la mano por mi cintura.
-¿Qué soñabas? – me quedé observando el techo, sin decir ni una palabra y luego lo miré.
-El pasado.
-Princesa ¿Te puedo dar un consejo? - yo asentí observándole.
-Verás, yo no soy muy bueno dando consejos pero...recuerdo que mi madre, siempre me decía: ‘’Justin, la vida, está llena de momentos difíciles, en los que te gustaría desaparecer del mapa. Para siempre. Pero también hay que saber ver los momentos únicos, los que deseamos con todas nuestras ganas que no acaben, pues sabes, que serán irrepetibles. A veces necesitamos dejar de analizar el pasado, dejar de planear el futuro, dejar de intentar darnos cuenta de cómo nos sentimos exactamente. La vida da más vuelta de las que nosotros pensamos, nunca imaginamos lo que puede venir. Todos decimos esto es imposible y luego se hace posible. Nunca va a pasar esto y luego pasa. ‘’La odio’’  Y luego la acabas amando. - una pequeña risa se escapó de sus labios. Yo sentí como mi pulso latía con fuerza. - Y bueno, miles de cosas parecidas a estas. Dejar de decidir con la cabeza, tenemos que dejar que nuestro corazón sienta, y a veces necesitamos guiarnos por “lo que pase, pasará” porque la vida es demasiado corta para levantarse por la mañana lamentándose. Así que, quiere a las personas que te tratan bien, olvídate de aquellas que no lo hacen y cree que todo pasa por una razón. Si tienes una oportunidad, aprovéchala. Si cambia tu vida, deja que lo haga. Nadie dijo que fuera fácil, solo prometieron que valdría la pena.
-Tienes razón. Se acabó el pasado. – aseguré. Me giré sobre mí misma y me quedé encima de él.
- A toda hostia. No queremos darnos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor. – susurré arqueándome hasta llegar a su boca.
-Hasta que aparece algo o alguien que nos haga ir despacio.
-¿Sabes Justin? Tienes algo y no sé que es, aún no lo puedo descifrar. Pero alteras mis sentidos.
-El corazón tiene razones que la cabeza desconoce gatita.

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