• Desafío al corazón. Capítulo {46}

12:51

-¿Qué quieres? – le pregunté taladrándola con la mirada.
-Hola guapo. – dijo acercándose a mí lentamente con mi ropa en su mano derecha. - ¿Cómo estás?
-No te interesa. – me giré. Sentí su suave mano en mi espalda desnuda. Agarré más la toalla. Volteé. - ¿Se puede saber qué demonios quieres? – pregunté con el tono alto.
-A ti. Te quiero a ti. – susurró pasando su mano esta vez por mi mejilla. La alejé rápidamente y di un paso hacia atrás. – ¿Por qué eres así conmigo? Con lo bien que nos la pasábamos antes…
-Sí. Antes. Tú lo has dicho. – le zafé la ropa de sus manos. Ella elevó una ceja. Podía notar el rojo en sus ojos. Y esta vez no sabía si eran rojos de pasión o rojos de coraje. – Pero ya no somos nada. Bueno. – reí. – Nunca lo fuiste. – escupí esto último con fuerza.
-¿No? – dijo ella esta vez enredando en su dedo la punta de su cabello negro azabache.
Una de sus grandes tácticas de seducción. La verdad que Jasmine era totalmente deseada por todos los chicos de la universidad. Estaba buena. Muy buena. Tenía unos labios rosados bastante apetecibles y un cuerpo de animadora que quitaba el hipo. En la cama era también muy buena, para que engañarme. Pero era…idiota. Totalmente idiota. No sé cómo pude enrollarme con ella tantas veces. Ahora me producía, asco. Mucho asco.
Me observaba con deseo. Con la misma mirada de siempre. Con una falda, que no era la del uniforme, mucho más corta y señalada y una blusa-brassier. Unas botas altas un poco más debajo de la rodilla y maquillada como una autentica barbie. Sí, provocativa al máximo. Lo mejor que se le daba.
-No. – dije con voz fuerte.- Puedes marcharte, gracias por devolverme la ropa.
-No voy a marcharme. ¿Por qué no te cambias delante de mí? – dijo riendo sin vergüenza, la muy guarra.
-¿Por qué mejor no desapareces y le haces un puto favor al mundo? – dije furioso. Ella elevó una ceja.
-Ay Justin, no seas aburrido. – dijo acercándose sensualmente. – ¿Por qué no me dejas probarte de nuevo?
-¿Pero tú quien mierda te crees que eres? – me puse en pie, demasiado cerca de ella. Enfurecido.
Necesitaba recuperar el control. No era capaz de golpearle pero no me faltaban ganas. Se escuchó otro ruido y me encontré a ___ en la puerta riendo. Mi corazón comenzó a latir con fuerza. No joder. Como piense mal estoy perdido. Pero entonces, dejó de reírse y se colocó justo a mi lado, mirando a Jasmine demasiado furiosa. Si yo fuera Jasmine, ahora mismo, estaría corriendo.
-¿Quieres dejar en paz a mi novio de una vez? – dijo acercándosele demasiado. Yo la miré expectante. Me ponía demasiado así joder. Jasmine rió.
-¿Tu novio? Hmm...deberías cuidarlo – dijo mordiéndose el labio inferior. Observé como ___ apretaba su puño derecho. Me tensé por un momento. Joder. Qué situación. Yo desnudo mientras mi novia y mi perdición están a punto de matarse.
-Mira hipócrita, mas te vale que me dejes en paz. – dijo ___ señalándola con el dedo. – O te juro que vas a arrepentirte.
-¿Sí? – carcajeó Jasmine irritada. - ¿Y qué me vas a hacer tú? – avanzó un pasó hasta ___. Yo me coloqué detrás agarrándola del brazo. Ella me soltó. Fruncí el ceño. - ¿Vas a pegarme? No, no…-volvió a carcajear, con mucho más descaro. – Tranquila ___. No voy a hacerte daño. – pasó su mano por el cabello de mi novia, que con fuerza retiraba la mano de Jasmine de su cabello con asco. – Que luego tu mente se revoluciona, y decides cortarte de nuevo.
Puuuum. ___ se tensó demasiado. Tragué saliva sonoramente. Le había dado donde más le dolía. Joder, me dolía a mí incluso, tenía que parar todo aquello ya. Pero mis condiciones son limitadas. No puedo luchar contra dos fieras con una puta toalla rodeándome. Mierda. Cogí de la mano fuerte a ___ y tiré de ella. Cedió rápido. Caminó hacia atrás mirando a Jasmine.
-Mira estú….- ___ me cortó.
-A ver gilipollas de mierda.- avanzó un paso. – Si piensas que vas a arruinarme la vida dándome ahí, cada vez que a ti te plazca, quiero que sepas algo. – esta vez la que carcajeó fue ella. – No sé dónde demonios, has sacado esa historia. Pero te aseguro, que como vuelvas a mencionar algo de eso, tú – enterró su dedo anular en Jasmine. – Te vas a arrepentir de haberte tropezado conmigo en tu vida.– curvó sus labios simulando una falsa sonrisa. – Perra.
Jasmine fue a decir algo, pero agitó sus manos y se largó. Perra. ¡Perra! ¡Le dijo perra! Se me escapó una carcajada interior que casi mata a las más de diez mil células de mi cuerpo. ___ se acercó y tiró de mí hasta uno de los baños, dejándome dentro, con ella. Suspiró pesadamente y me miró.
-Hola.
-Vístete anda. – dijo con desdén.
-Vale. – fui a tirar de mi toalla.
-¡No! ¡No joder! Espera. – salió del baño y se quedó fuera. Yo solté una carcajada. Me coloqué los bóxers y el pantalón y salí del baño. Ella me esperaba apoyada en la pared con la mirada perdida.
-Antes de que tu cabeza comience a maquinar te juro que no pasó na…
-Ya lo sé. – me miró.
-¿Cómo que lo sabes? – enarqué una ceja.
-La vi dirigirse hasta aquí. Me habían dicho que estaban jugando un partido de fútbol. Y sé que siempre que terminas vienes aquí con los chicos a ducharte. – sonrió. – Entonces la seguí.
-Hm, me espiaste. – dije tomándola por la cintura. Mordí mi labio inferior. Ella rió.
-Un poco.
-¿Por qué no entraste cuando ella entró? – fruncí el ceño. - ¿Dudabas de mi?
-No. – negó. – Sólo quería ver como actuabas. – dijo sincera.
-¿Y cómo actué? – Ella sonrió y enredó sus manos en mi nuca.
-Como un autentico novio.
Y me besa. Puf. Yo estoy perdido. Cada vez que me besa se para el mundo. Es como si esparcieran cientos de polvos mágicos encima de nosotros y voláramos. Y viajáramos. Ya sabes dónde. La segunda estrella a la derecha, y todo recto hasta el amanecer. Mi corazón se encoge y comienza a latir muy rápido. No sé si asustarme, porque va a una velocidad inmensa y me da miedo chocarme. Siento su boca moverse lenta y a la vez rápida, una mezcla perfecta, un sabor perfecto, su lengua juguetona, ágil. Me relaja demasiado.
Me hace sentir tonto, bobo, inexperto. Pero entonces se enciende el semáforo. Que me dice ¡Despierta! Y del verde pasa al rojo y ¡El rojo significa peligro! Y su lengua se mezcla de nuevo, más rápida, mucho más rápida. Y ahí es cuando se enciende el semáforo tricolor. Verde, naranja y rojo. Amor, deseo y pasión. Tres bases esenciales en una relación. Sentí como se me iba el aire de los pulmones. Ella abandona mi boca lentamente y luego sonríe tímida. Lamo mis labios recogiendo su textura. Ella curva sus labios mojados y yo sonrío robándole un fugaz beso. Me alejo y cojo mi maleta, luego la tomo de la mano y salimos de los vestidores.
-Juro que como esa tía se te vuelva a acercar la mato. – dijo mientras caminábamos por el campus.
-Tranquila fiera. – la rodeé por la cintura. – Yo sé cuidarme solito. – besé su cuello.
-Ya, lo sé. Pero soy yo la que no va a responder como la vea tan cerca de ti de nuevo. Y encima jugando.
-¿Te pones celosa?
-No, me encanta que la perra del pueblo coquetee contigo de forma totalmente descarada mientras tú estás en toalla, acabado de salir de la ducha.
Se me escapó una gran risotada. Ella carcajeó. Nos acercamos a los chicos. Estaban bajo de un árbol, riendo y tomando unos refrescos.
-Hola tortolitos. – dijo Anahí riendo mientras Logan la tenía entre sus brazos. Los demás nos miraron divertidos.
-¡Hola, hola! – dijo ___ riendo.
-Oye. –señalé a Chaz y Ryan. - ¿Por qué no me esperaron antes capullos?
-Logan. – señalaron a Logan. Este elevó una ceja.
-Me dijeron que ya te habías marchado. – dijo Logan defendiéndose. Ryan y Chaz carcajearon.
-Que cabrones.
-No tío, es que estás acostumbrado a que te demos mimitos. – dijo Chaz. – Te hace falta ser un poco más dependiente. – Yo elevé una ceja. Todos reían incluso ___.
-Vale, no. Es que teníamos hambre y a las siete y media siempre se acaban los bocadillos. Y si no, no nos daba tiempo.
-Pues sois unos capullos.
-Chicos, ¿Por qué no cometemos una pequeña locura? – dijo Ryan. Todos le miramos expectantes.
-¿A qué te refieres? – dijo ___.
-¿Por qué no nos escapamos?
-¿Qué dices? – dijo Anahí.
-¿A dónde?
-Escuché que hay una fiesta cerca de aquí, a unos pocos kilómetros.
-¿Estás insinuando que nos escapemos para ir a esa fiesta? - dijo Logan.
-Sí. – dijo Ryan. Pau le miró y se elevó de hombros.
-Por mí bien.
-Estáis locos, podríamos meternos en un buen lío. – dijo Ash.
-Yo me atrevo. – dijo ___. Yo la miré sorprendido. Hm, le gustaba el riesgo.
-Yo también. – dije decidido.
-Va, yo también. – dijo Chaz.
-Y yo. – dijeron Ash y Pau.
-Listo, pues nos vamos. – Se pusieron en pie Anahí y Logan. Detrás nos levantamos todos.
-¿Y cómo vamos a hacer?
-Justin, habla con tu padre y pide permiso. – dijo Ryan.
-No tío, mi padre no. – negué.
-Anda, no seas marica.
-Está bien. – bufé. – Hablaré con él.
-Pues venga, aquí a las nueve. – dijo Ryan.
-Bien. – dijo ___. – Nos vamos a preparar. – tiró de las chicas y echaron a correr. Yo y los chicos nos quedamos observándolas como completos gilipollas. Después de doce segundos, nos miramos casi a la vez.
-Estamos perdidos.

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