• Desafío al corazón. Capítulo {30}

11:28

• Capítulo 30.

La observó por última vez y se fue. La había dejado totalmente descolocada. Se sintió horriblemente mal por haberle dicho aquello, había observado su expresión al decírselo y le dolió en el alma. Apretó sus puños y volvió con los chicos. Todo tenía que cambiar o entonces sí que estaría totalmente perdido. No más ___. No más ___ Maslow. No más.
• 15 días después.
___ estaba en su habitación. Todos salían de la universidad, excepto ella. Su madre la había llamado el día anterior diciéndole que no podía ir a buscarla. Ella muy lejos de allí. Estaba hecha un lío, añoraba su casa y a su madre. Y a Rick, añoraba mucho a Rick. A sus consejos sabios y a sus historias. Pero no le quedaba de otra si no esperar. Otro mes. Otro intenso y largo mes. Tocaron en su puerta y cedió paso.
-Adelante. – dijo colocando el armario. Las chicas se habían ido y habían dejado todo hecho un desastre. Después del sonido de la puerta entró Logan.
-¡Log! – dijo sonriendo. Logan caminó hasta donde estaba y la abrazó con fuerza. Besó su mejilla.
-Hola bonita.
-¿Cómo estás? – sonrió. – Ayer no te vi en todo el día. ¿Por qué no fuiste a clases? – elevó una ceja. Luego rió. Él sonrió y volvió a besar su mejilla.
-Salí con mi padre a resolver unos asuntos. Y todo bien, gracias. – volvió a sonreír. - ¿Tu qué?
-Pues bien. – se elevó de hombros.
-He escuchado por ahí que te peleaste fuerte con Liam. ¿Qué pasó?
Ella arqueó las cejas y puso cara de asco. Miró la punta de sus zapatos y volvió a mirar a Logan.
-Ese tío da asco.
-¿Qué pasó? – elevó una ceja y se sentó en su cama. Ella se sentó al lado.
-Es un completo imbécil.
-¿Qué te hizo?
-El otro día, estábamos almorzando en el comedor y cuando terminamos, yo me subí aquí, a mi habitación, y luego…- Logan la paró.
-Vale. No me cuentes más. Ese tío da asco. – apretó sus puños.
-Hey, tranquilo. – le dijo ella observando cómo Logan se tensaba. – Que yo le di su merecido. – carcajeó.
-¿Qué le hiciste? – preguntó Logan.
-Le di donde más…- observó su entrepierna y rápidamente volvió a mirarle a los ojos. – Donde más os duele. – carcajeó. – Pero lo peor es que yo le consideraba mi amigo ¿Sabes?
-Ese chico nunca me inspiró confianza. Que se joda. Si te vuelve a hacer algo, no dudes en decírmelo.
-Gracias Log. – sonrió. - ¿No te vas a casa?
-Sí, estoy esperando que me llame mi padre. – observó su reloj. – Y creo que ya está tardando. – Ella le miraba con una media sonrisa en sus labios. Él la observó frunció el ceño. – Oye __, ¿Te puedo preguntar algo?
-Sí, claro. ¿Qué pasa?
-¿Qué pasa entre tú y Justin? – ella pestañeó varias veces y miró al suelo. Volvió a mirarlo y arrugó su entrecejo.
-Tu sabes lo mal que me cae él Logan.
-Sí, pero no entiendo nada. – dijo él sin quitarle ojo. Ella estaba muy nerviosa y él se estaba dando cuenta.
-No debes entender nada, le odio y punto.
-Ese es el problema.
-Pues yo no lo veo.
-Ese es el otro problema.
-Me estás liando. – se puso en pie y volvió al armario. Colocó la última blusa y lo cerró con fuerza. Miró a Logan.
-La cosa no es de entender o no entender, la cuestión es que no le aguanto y punto.
Logan asintió con una sonrisa en sus labios. Una sonrisa que despistó a ___. El teléfono de Logan sonó y rápidamente lo sacó de su bolsillo. Atendió la llamada y colgó.
-Ya me voy. – dijo volviendo a guardarlo en su bolsillo. Se acercó a ella y besó su mejilla. – Pórtate bien. – le dijo aguantando la risa mientras le apuntaba con el dedo. Ella carcajeó y asintió.
-¡Pero si yo soy un ángel!
-Si claro…- carcajeó él saliendo de la habitación.
-¡Oye! – carcajeó esta vez ella.
-Adiós __. ¡No armes lío!
-¡Que no! ¡Pásatelo genial!
Logan asintió y miró los alrededores, luego echó a correr. Si veían a un chico en la zona de chicas, les podían penalizar gravemente. Ella cerró la puerta y se tiró en su cama. Vueltas, vueltas, vueltas y vueltas. Flashbacks. Risas. Lloros. Risas. Lloros. Momentos. Momentos rápidos. Momentos congelados. Cerró los ojos. Habían pasado quince días desde que había pasado el fin de semana con Justin y no podía borrar ni un instante de su cabeza. No podía creer lo que le estaba pasando y estaba nerviosa por ello. Intentando olvidarlo sacó su ipod de su mesa de noche para ponerse a escuchar música y así conseguir distraerse un poco. El día no había empezado con el pie derecho. Y la cosa iba de mal en peor. Cuando la canción invadió todos sus sentidos cerró los ojos mientras tarareaba la suave melodía, nada como un poco de música para calmar sus nervios. O su soledad.
Por otra parte Justin, estaba igual o peor. Había intentado estar con dos chicas pero nunca podía, siempre aparecía ___ en su mente. ¿¡Desde cuando él no podía tirarse a una tía!? Llevaba un mes sin tener nada con nadie. Un puto mes. Agitó su cabeza y observó a Ryan.
-¿No te vas? – preguntó el rubio.
-No. – dijo Justin en su cama.
-Últimamente estás extraño tío. – Justin elevó su vista y le miro con el ceño fruncido luego volvió su mirada al techo.
-¿Te vas a quedar aquí todo el fin de semana?
-Sí. – asintió. – Tal vez salga a tomar algo mañana.
-¿No te ibas a Canadá? – preguntó mirándolo con un rostro confundido.
-Mi padre atrasó el vuelo.
El móvil de Ryan sonó y se despidió de Justin con un golpe cariñoso. Al cerrar la puerta Justin se puso en pie y se acercó a la ventana. Soltó un fuerte suspiro y se sentó en las escaleras. Observó la punta de sus zapatos y volvió la vista al suelo. Se quedó así un tiempo. Pensando. Cuando se cansó de esto volvió a ponerse en pie, cogió su teléfono móvil y se fue de la habitación. Bajó las escaleras, cruzó el campus y se montó en su moto. A toda hostia, salió de la universidad. Dejó a Werd a un lado y se colocó su chaqueta de cuero. Werd era su moto. A sí había decidido llamarle. A un ritmo rápido, entró en el bar.
-¡Hey Justin! – le saludó Dangelo. Después de unos toques de manos Dangelo frunció el ceño observándole. - ¿Qué te pasa tío?
-Nada. – dijo él con desgana. Forzó una sonrisa y pidió un ron con coca-cola. No muy cargado. Esta vez no quería emborracharse, solo quería salir de allí y despejarse.
-Que poco convincente.
Justin alzó una ceja y tomó un largo trago de su copa. Cerrando los ojos por la gran cantidad de ron que le había echado. Le quemó la garganta. Tras este, volvió a dar un sorbo un poco más pequeño y llevó la mano a su bolsillo. Sacó el dinero y se lo dejó a Dangelo sobre la barra. Terminó bebiéndose de golpe el final y salió de allí. Justo cuando iba a montarse en la moto, una carcasa brillante llamó su atención en el suelo. Una Blackberry. Curvó sus labios y se la guardó en el bolsillo. Subió en la moto y se dirigía hacia la universidad. Tan solo había estado fuera una media hora. Giró a la derecha y se estacionó rumbo a la playa. Tras unos quince minutos, se bajó de Werd y se sentó en una roca. Observando el mar y absorbiendo su aroma. Sacó aquel misterioso móvil de su bolsillo y comenzó a investigar. Tenía que ser de alguna chica por los brillantes. Le dio pena por ella pero estaba seguro que lo tunearía y se lo quedaría para él. Joder, que ya hacía tres semanas que no cambiaba de móvil. Volvió a guardarlo en su bolsillo y se acercó a la orilla de la playa. Mojó sus manos, formando una piscina en ellas para luego mojarse la cara. Dio tres pasos hacia atrás, una ola venía con fuerza. Lamió sus labios y una expresión extraña se podía observar en su cara. Tenía la boca salada. Aunque tampoco era tan asqueroso el sabor. Volvió a lamerse los labios. Dio una última vista al horizonte y volvió con Werd. Después de un baile algo extraño intentando quitarse la arena de sus zapatillas deportivas, subió en la moto y prendió el acelerador. Una. Dos. Tres veces, cogió aire. Y se puso en marcha hacia la universidad.
Estaba entrando a la universidad cuando el segurita le paró con la mano.
-¿A dónde piensas que vas? – le preguntó con rin-tintín. Justin elevó una ceja.
-¿A dónde piensas que voy si voy a entrar a mi universidad? – le contestó obvio.
-¿Te crees listo?
-Hmmm…creo que puedo ser más listo que tú. Es de lógica saber a dónde me dirijo, si voy a entrar dentro de aquí.
Con una falsa sonrisa rosó con descaro el hombro del segurita y entró en de la universidad. Subió las escaleras hacia su habitación y paró cuando escuchó unos gritos. Miró hacia la derecha e hizo caso omiso a esto. Rodeó el pomo de su puerta y volvió a escuchar los gritos. Frunció el ceño y cerró la puerta. Caminó a paso lento y se detuvo. Era la habitación de Liam. Justin siguió allí, paralizado.
-¡Que me sueltes! – gritaron sollozando.
Su corazón se elevó a mil por hora. Mil por hora era poco. Abrió la puerta hecho un diablo y se encontró a Liam encima de ___. Las venas de su cuello se tensaron y sus puños se convirtieron en piedras. Tiró de Liam con demasiada fuerza y le estampó un puñetazo en el labio. Este cayó al suelo y Justin se tiró encima de él golpeándole sin parar. ___ se acercó a Justin e intentó levantarle pero él era más fuerte.

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